Tras las huellas del pasado

El rigor de la investigación y la virtud de apasionarse hasta la obsesión por su trabajo son los dos rasgos que distinguen al «Flaco » Priamo, un egresado de nuestro viejo, querido y cerrado Instituto de Cine. Priamo, desde hace más de veinticinco años, se dedica a hurgar en archivos públicos y privados, en álbumes familiares, las fotografías antiguas hechas por pioneros de la colonización interesados en dejar a través de estas «huellas» el testimonio de una época o las señales de un tiempo pasado.

-Sé que van a publicar un libro de fotografías…

-El libro estará en la calle a mediados de noviembre y se va a distribuir junto con El Litoral, con carácter de compra opcional y a un precio muy accesible. Es un libro de fotografías de 96 páginas sobre la obra de un fotógrafo de Esperanza que se llamaba Ernesto Schlie, que entre 1888 y 1892 realizó una especie de gran reportaje sobre los pueblos y colonias del centro y norte de la provincia, incluidas localidades que ya no son tan del centro, como Casilda.

-¿Schlie era nacido en Esperanza?

-Había nacido en Esperanza; era el hijo mayor de un matrimonio de origen alemán que se instaló en Esperanza, no sabemos muy bien en qué fecha, pero poquitos años después de la fundación. Schlie nació en 1866.

-¿Qué representaba ser fotógrafo a fines del siglo pasado? ¿Cómo era visto por la sociedad un fotógrafo?

-Era un oficio más.

-¿Le parece que era comparable al oficio de peluquero o herrero?

-No sé si eran comparables, pero históricamente eran simultáneos.

-¿La fotografía era un hobby o un negocio?

-Era un negocio, y un negocio paralelo a otros oficios. Por ejemplo: Pedro Tappa, el primer fotógrafo de la ciudad de Santa Fe, tenía una cerrajería. Ocurre que como el mercado era chico, los fotógrafos debían dedicarse a otra cosa para ganarse la vida, y a veces cerraban las retraterías porque no había clientes, y cuando la cosa mejoraba las volvían a abrir.

-¿Se puede decir que era un oficio de vanguardia?

-Era un oficio nuevo, moderno, que por sus características necesitaba de un desarrollo de las clases medias, porque los retratos eran relativamente caros. En las colonias la fotografía se desarrolló temprano, y coincide con el desarrollo de las clases medias, muy en particular, en Esperanza.

-Volvamos a Schlie.

-Lo extraordinario en lo suyo es este reportaje, este itinerario por las colonias sacando fotos. No hay que olvidar que la actividad principal de los fotógrafos estaba orientada a ganarse la vida con los retratos.

-¿Se dedicaban exclusivamente a hacer retratos?

-Bueno… más o menos, también hacían vistas de la ciudad. Tappa, por ejemplo, hizo algunas de la ciudad de Santa Fe, pero en la gran mayoría de los casos las hacían para venderlas.

-¿Tenían pretensiones estéticas?

-Relativamente. Se llamaban artistas, pero era una designación convencional. Eran algo así como la sucesión de los pintores, aunque se cuidaban muy bien de no atacar a la pintura.

-Volvamos a la obra de Schlie.

-Exacto. Lo excepcional de Schlie fue esta recorrida que hizo por las colonias fotografiando los datos materiales de lo que había logrado la inmigración.

-¿Se planteaba algún objetivo de reconstrucción histórica?

-Su objetivo era la documentación.

-¿Para qué?

-Pretendía documentar lo que había logrado la colonización. Su propósito más íntimo no lo conocemos, porque no disponemos de ningún documento que lo exprese concretamente. Emprendimientos de este tipo se hacían por encargo o por propia decisión. Generalmente los encargos los hacían empresarios de la colonización, a los que les interesaban las fotos porque ambicionaban vender tierras. Con las fotos armaban álbumes que luego mostraban a los potenciales clientes.

-¿Y ése fue el motivo que lo llevó a Schlie a hacer lo que hizo?

-No es tan claro, porque para 1890 la mayoría de las tierras ya estaban entregadas. El único dato que nosotros encontramos como estímulo es, en primer lugar, un estímulo interior muy fuerte, que apuntaba a responder a ese imaginario o leyenda muy importante en Esperanza, y que se relacionaba con la épica de la colonización. Esto fue algo que pesó en Schlie, pero también en Fernando Paillet.

-O sea que no hay datos de que estas fotos hayan sido encargadas.

-No los hay. Si hubiera sido un encargo del gobierno, los álbumes que hay de Schlie hubiesen llevado en la tapa algún logo o sello relacionado con eso, o la foto del gobernador y de sus ministros. Eso hizo Dardo Rocha en La Plata con el fotógrafo Walter Bradley; eso es lo que no existe en el caso de Schlie. De todas maneras es probable que el objetivo de Schlie haya sido el de presentar su material en las exposiciones industriales. Había exposiciones de Paraná, Rosario, Córdoba…

-¿Ese era su objetivo comercial?

-Presentarse en esas exposiciones daba mucho prestigio. Pero lo más importante que logró fue estar presente con su obra en la exposición de París de 1889. Fueron dos los fotógrafos argentinos que estuvieron en esa exposición: Schlie y Alejandro Witconb, el gran fotógrafo de la sociedad porteña, el fotógrafo que documentó a Buenos Aires en la década del noventa. ¿Qué representaban esos dos fotógrafos argentinos en París? la modernidad, la modernidad urbana era Witconb y la modernidad rural era Schlie.

-¿Cuántas colonias documentó?

-Cuarenta y seis colonias, desde Florencia hasta Casilda. Schlie viajó con la cámara debajo del brazo cientos y cientos de kilómetros; su obra es el mayor reportaje conocido de una región en el siglo XIX.

-¿Quiere decir que lo supera a Paillet?

-Paillet es Esperanza, pero Schlie es toda la región.

-¿Y qué fotografía de la región?

-Las fábricas y los inventos. Hay dos fotos de inventos, una cosechadora de maní y otra alzadora de trigo.

-¿Qué más hay?

-Hay fotos de las chacras de la época, las famosas chacras de colonos, destilerías, interiores de destilerías…

-¿Hay fotos que registren las costumbres de la época?

-Muy pocas, y no hay ninguna escena de costumbres criollas.

-O sea, que casi no hay fotos que registren la vida cotidiana de la gente.

-Es así.

-¿Quién hizo la selección de las fotos que se van a publicar en el libro?

-La hice yo. Se trata de una selección que incluye las fotos más representativas.

-¿Hay textos?

-Hay dos textos; uno escrito por Tedeschi, que ubica el periodismo y la región, y otro escrito por mí sobre Schlie.

-¿Qué fue luego de la vida de Schlie?

-Actividades de Schlie se registran en los archivos de Esperanza hasta 1897. Es probable que su estudio fotográfico lo haya instalado entre 1887 y 1888. Después pensamos que se instaló en la provincia de Entre Ríos, y sus descendientes aseguran que murió en Europa a principios de este siglo, aunque no se sabe la fecha exacta de su muerte.

-Además de Paillet, ¿hay otros fotógrafos contemporáneos de él en Esperanza?

-Paillet es posterior, porque se instala a principios de siglo. Pero el primero que se instaló en Esperanza fue Schlie. El revelaba, preparaba sus placas. Hasta ese momento el que viajaba todos los meses a Esperanza era Pedro Tappa. Pedro trabajaba un día, fotografiaba y regresaba a Santa Fe. Schlie es contemporáneo de Tappa, tal vez algo menor, y en ciertos aspectos competía con él, aunque hay que recordar que para 1888 Tappa vivía ya en Rafaela, en donde fallecerá hacia fin de siglo.

-¿Schlie formó discípulos?

-Su hijo fue fotógrafo en Reconquista. En esa ciudad conversé con un nieto de Schlie que me hizo conocer algunas fotos.

-¿Era casado?

-Estaba casado con una mujer de nacionalidad brasileña que era católica, mientras que Schlie era protestante.

-Daría la impresión de que tenía muy buenas conexiones con Europa.

-A fines de siglo, en Esperanza la conexión con Europa era muy importante. Por ejemplo, Lehmann lo trajo al padre de Paillet de Europa como un cuadro administrativo.

-¿Cuáles eran sus ideas políticas?

-Estuvo muy ligado en aquellos años al movimiento radical. Hay fotos representativas de los revolucionarios esperancinos, que en la mayoría de los casos eran extranjeros que reclamaban derechos de participación política.

-¿Desde cuándo te dedicás a este tipo de investigaciones?

-Desde principios de la década del setenta. Soy egresado del Instituto de Cine. En Buenos Aires trabajé sobre la obra de Paillet y continué investigaciones más generales.

-¿Es muy artesanal el trabajo?

-Lo es en muchos aspectos, es necesario relacionarse con familiares, conseguir datos, acceder a archivos privados…

-¿En la actualidad qué más estás haciendo?

-Estoy trabajando para la Fundación Antorchas y en la publicación de libros de fotografías antiguas.

-El testimonio visual, ¿permite reconstruir una historia?

-El caso de Schlie al respecto es interesante. Pero previo a ello estimo que sería importante establecer una diferencia entre historia y memoria. El pueblo judío, por ejemplo, tiene una espesa memoria del pasado, pero muy poca historia. Es importante saber que la fotografía no es un documento histórico en el sentido en que lo son los documentos más convencionales, que nos hablan desde los hechos de un modo indubitable y concreto. La fotografía muestra hombres y cosas, su significación no es similar a la del documento explícito, sino que es un documento sensible.

-Al documento escrito también hay que interpretarlo, porque ningún documento por sí solo dice algo.

-Es verdad, pero es evidente que los símbolos visuales tienen un carácter mucho menos taxativo o ambiguo que los signos verbales. Y su relación con la sensibilidad es una relación de otro orden, porque es una relación inmediata, lo que se ve es la reposición inmediata del pasado. De hecho, la fotografía establece una relación específica con el pasado, los rostros antes de la fotografía son diferentes a los rostros después de la fotografía. Belgrano es diferente a San Martín porque Belgrano no tuvo daguerrotipo y San Martín lo tuvo.

-Son tiempos diferentes.

-El tiempo en la fotografía es un tiempo histórico preciso, repone al rostro y es una verdad que nosotros asimilamos sensiblemente de otro modo. La fotografía es inmediata, y esa inmediatez establece una relación distinta.

-Las fotos y los retratos antiguos siempre encierran algo perturbador.

-Es verdad, ¿y sabés por qué?, porque de alguna manera ese rostro que está allí en forma de foto ha vencido a la muerte.

-¿Qué diferencias encontrarías entre la pintura y la fotografía?

-La fotografía lo que hace es reclamar el nombre del retratado, al revés de la pintura. La mediación que hay del pintor hace que el retrato, el referente, no tenga tanta importancia, mientras que en la fotografía el referente es importantísimo.

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