La primera y flamante aparición pública del kirchnerismo en esta campaña electoral estuvo a cargo de Fernanda Vallejos, una compañera que no disimula su orgullo por haberse iniciado en las lides políticas de la mano de Boudou, militancia que, dicho sea de paso fue retribuida con los clásicos beneficios que la causa nacional y popular premia a sus incondicionales retoños.
En la ocasión la candidata defendió, como no podía ser de otra manera, a Amado Boudou y lo comparó con Yrigoyen y Perón. Sospecho que hasta Boudou debe de haberse asombrado por la ostentosa calificación emitida por quien encabeza la lista de diputados de la honorable causa K en provincia de Buenos Aires.
A decir verdad, las declaraciones de la compañera Fernanda pueden habernos gustado más o menos, pero está claro que a nadie se le debe impedir que diga lo que realmente cree y siente. Y en el tema que nos ocupa está claro que para los kirchneristas, Boudou es, como muy bien se encargara el señor D’Elía de recordarlo, un mártir y abanderado de la causa nacional y popular, mártir y abanderado cuya memoria será reivindicada el día que Ella retorne a la Casa Rosada.
Por ese camino que la compañera Fernanda abrió con indisimulado orgullo, es legítimo preguntarse en qué momento de la campaña se presentará la moción de honrar a los compañeros Lázaro Báez, Ricardo Jaime, Julio de Vido, el Morsa Fernández y los compañeros López. Capítulo aparte merece Ella, víctima de la insidia de Magnetto y Macri. Capítulo aparte o capítulo primero.
El segundo acto K de la campaña electoral ya no fue verbal sino práctico. Los muchachos salieron a la calle y tomaron la avenida 9 de Julio por su cuenta. Toda la escabrosa colección de sellos que adornan a la causa estuvieron presentes en la jornada, incluida la aguerrida y desinteresada militancia de La Matanza y los heroicos compañeros que en su momento combatieron al capital en Jujuy de la mano de la nunca bien ponderada compañera Milagros Sala.
Para no faltar a la verdad habría que precisar que es probable que en el “combate de 9 de Julio” no hayan estado todos, pero sí estuvieron los mejores, los más combativos, generosos y valientes. El brillante e imponente despliegue callejero que -atendiendo la exhibición de garrotes, cadenas, cachiporras, molotov y máscaras- muy bien podría compararse con los combatientes que hicieron lo suyo en Sierra Maestra, cumplió con creces sus objetivos.
Concretamente se ha demostrado, por si a alguien le cabía alguna duda, que el gobierno nacional es represivo y antipopular, condición a todas luces inevitable por parte de una gestión dirigida por multimillonarios decidida a perpetrar un ajuste salvaje con el objetivo manifiesto y evidente de hambrear al pueblo.
Los comandantes de la gesta se ocuparon en advertir que esto recién comienza. Que en el futuro inmediato habrá más marchas, más manifestaciones, más palos y garrotes. La resistencia está en la calle y el operativo helicóptero en marcha. “Cristina vuelve”, es la consigna. Y al que no le gusta que se vaya.
Como para elevar el nivel del debate político y colocarlo en su justo eje, la Señora intervino denunciando la venta de huesos de pollo, maniobra pergeñada desde las usinas del gobierno, ya que nadie se le escapa que el dueño del supermercado que condena al pueblo consumidor a comer restos de pollos es pariente de un funcionario nacional, un dato que -según se supo- indignó a la Señora, quien siempre se distinguió por mantener a sus parientes de primer y segundo grado lejos del poder.
En el camino hubo que soportar la incalificable provocación montada por los gorilas de hoy y de siempre. Provocación consistente en este caso en ordenar el allanamiento a un hotelito de Morondanga, un hotelito de tres estrellas cuya propiedad se la atribuyen a la compañera Cristina, cuando a nadie se le escapa que la abogada exitosa sólo adquiere hoteles cinco estrellas, como muy bien lo saben los compañeros Máximo, Cristóbal y Lázaro.
Acto seguido y haciendo gala de un exquisito y sensible sentido de la oportunidad, los compañeros de la causa nacional y popular se solidarizaron en cuerpo y alma con el jubilado que decidió suicidarse en Mar del Plata, suicidio a todas luces provocado por la decisión del gobierno de Macri de flagelar a los ancianos y someterlos a las más increíbles y morbosas humillaciones.
Quien encabezó esta generosa y aguerrida cruzada a favor de los ancianos fue el nunca bien ponderado Jorge Taiana, cuyo bondadoso corazón y humanitarios sentimientos los argentinos ya tuvimos la oportunidad de apreciar en tiempos no tan lejanos, cuando protagonizó memorables epopeyas combativas que aún hoy se evocan en melancólicas y nostálgicas payadas populares.
La patriada solidaria contó con la adhesión del compañero Gabriel Mariotto, otro destacado militante de la causa nacional y popular, militante cuya lucidez, coraje civil, actualización política y visión de futuro provocan el asombro de observadores y analistas políticos, la consabida admiración de la gran masa del pueblo y el devoto respeto de los renovados y pujantes contingentes de la militancia nacional y popular, siempre decididos a protagonizar corajudos emprendimientos históricos y a reivindicar dirigentes probos, sabios y austeros.
Que los familiares del desdichado suicida hayan atribuido su muerte a un cuadro depresivo o que hayan recordado que cobraba una jubilación superior a los cuarenta mil pesos, no debe llamarnos a engaños, sobre todo cuando nadie ignora que la chequera de Magnetto hace estragos entre la pobre gente.
Capítulo aparte merece la solidaridad combatiente e incondicional con el gobierno de Venezuela presidido por el compañero Nicolás Maduro. Al respecto, la compañera Cristina no ha tenido dudas en recordarnos que la heroica revolución bolivariana tiene el derecho de matar. Palabras más, palabras menos, fue lo que expresó hace un par de semanas el señor Atilio Borón, quien no vaciló en convocar a las fuerzas armadas a liquidar a la oposición. Eso y alentar un baño de sangre es más o menos la misma cosa. ¿Fascista de izquierda? No comparto. Creo que tratándose de Borón, en la imputación lo que está de más es la palabra “izquierda”. Pero ese debate lo dejamos para otra ocasión.
Por último La Salada. El espacio mítico donde se encarnó la utopía nacional y popular. La Salada. El modelo deseado, soñado y hecho realidad. La Salada es el presente que disfrutamos, pero sobre todo es el futuro. El orden económico y político ideal. Jorge Castillo, Guillermo Moreno y Insaurralde son los apóstoles. ¿Importa decir que por encima de ellos no está ni Dios ni el Gauchito Gil, sino Ella?
A la hora de las especulaciones y atendiendo a los reiterados operativos armados llevados a cabo por el gobierno nacional contra el narcotráfico, habría que preguntarse en qué momento tendrá lugar el repudio a estos operativos que bajo el pretexto de luchar contra el narcotráfico ingresan con la policía en los barrios populares. Sobre este tema seguramente el compañero Morsa Fernández tendrá algo que decir.
Como se podrá apreciar y fiel al principio que postula que quien pega primero pega dos veces, el kirchnerismo ya está lanzado a la campaña electoral anticipándonos a través de sus actos, gestos y manifestaciones el luminoso destino que nos aguarda a la vuelta del camino cuando el pueblo haga tronar el escarmiento en las urnas o en las calles.