El día después de las elecciones se vive con cierto cansancio o cierta percepción de abandono. Se parece a un fin de fiesta. Y lo que queda son los restos: platos sucios, botellas vacías, vasos empañados, servilletas arrugadas, sillas tiradas y una enorme sensación de cansancio. Es una imagen. Hay otras por supuesto. Pero en este caso corresponde hacer una distinción entre los que ganaron y los que perdieron. En nuestros hábitos criollos esta diferencia es muy difícil de establecer. En las recientes elecciones es más evidente: unos y otros dicen que ganaron; o, para ser más precisos, le imputan al otro la derrota.
-Hemos sido víctima de un fraude colosal -se queja José- demoraron el escrutinio en provincia de Buenos Aires para crear una falsa sensación de victoria.
-Perdoname José -interviene Abel- pero la paliza que Cambiemos les dio en Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, La Pampa, Corrientes no es una falsa sensación, es una paliza y una paliza sonora y efectiva.
-Y no mencionás Santa Cruz, el paraíso kirchnerista, allí la biaba fue tan grande que no sé si no cabe una denuncia por violación a los derechos humanos -agrega Marcial sin poder disimular su gesto burlón.
-La madre de las batallas, todos lo dijeron -explica José-, era la provincia de Buenos Aires. Allí la compañera Cristina demostraría, y yo creo que lo demostró, que es la líder de la resistencia, la jefa del peronismo, la conductora de los pobres. La daban por muerta y allí está, ganando, han tenido que demorar el escrutinio para ocultar la fiesta popular.
-La fiesta popular se hizo, se está haciendo -responde Abel-, lo que pasa que es la fiesta popular de Cambiemos a quienes efectivamente los kirchnerista lo daban por muerto.
-Respecto a provincia de Buenos Aires -digo- yo esperaría que se terminen de contar los votos. Hoy lo que sabemos es que en las elecciones a diputados Graciela Ocaña le ganó a la tonta de Fernanda Vallejos, y hasta ahora tiene muchos más votos que Cristina.
-A eso agregale -observa Marcial- que la compañerita sacó menos votos que Aníbal Morsa Fernández y Daniel Scioli, el macho bravío de las pampas.
-Nosotros vamos a ganar en provincia de Buenos Aires -insiste José.
-José -digo- no seas cabeza dura… ponele que en el recuento ganen en provincia de Buenos Aires… ¿eso qué quiere decir?… porque te recuerdo que son elecciones nacionales, y el balance es, por lo tanto, nacional… puede que en el mejor de los casos le saque don puntos a Bullrich… lo mismo pierden por paliza…
-Yo agrego algo más -apunta Marcial- comparto con José que Cristina es la dirigente peronista con más votos, pero esos votos no le permiten ganar. Y algo más grave: ser la peronista con más votos sospecho que es más un problema para los peronistas que para Cambiemos porque Cristina conducción es la destrucción del peronismo algo que, dicho sea de paso, si sucede no me va a hacer llorar.
-No soy cabeza dura -responde José- pero tampoco compro pececitos de colores; por algo demoraron el escrutinio en provincia de Buenos Aires… le tienen miedo…
-Los que le tienen que tener miedo son los peronistas, el país está superando el miedo a este personaje lamentable -corta Marcial.
-El peronismo no funciona sin liderazgo y la única líder que se observa en el país es la compañera Cristina, los números están a la vista…
-Problemas de los peronistas si deciden que Cristina sea su líder -acepta Abel- pero no es la líder de la nación…
-Y rezo para que no lo sea… pobre Argentina si esto ocurre.
-Yo quiero insistir -digo- en lo obvio: el kirchnerismo fue derrotado el domingo y fue derrotado en toda la línea…
-Yo no estoy de acuerdo con lo que decís…
-A ver José… te repito… pongamos que ganen en provincia de Buenos Aires… pero perdieron en todo el país o en casi todo el país… pero además hay algo más que quiero decirte: en una elección son importantes las expectativas de los participantes… y las expectativas de ustedes eran que este domingo había una verdadera pueblada. Que llegaba el Cristinazo, que Cambiemos era derrotado en todos lados, que el gobierno después de esto quedaba boqueando para la derrota final en 2019…
-Corrijo amigo Erdosain -observa Marcial- la fantasía real, profunda, pulsional de los peronistas no es la de esperar para 2019, lo que quieren es echar a este gobierno no peronista lo más rápido posible.
-Puede ser -admito- pero lo que está claro es que el gobierno de Macri sale fortalecido de estas elecciones; ese fortalecimiento tiene sus matices, sus contradicciones, incluso sus incertidumbres, hay una gran distancia con quienes creían que en estas elecciones Cambiemos era derrocado.
-Yo nunca dije que había que derrocar a este gobierno.
-No lo decís, pero no sé si no lo pensás o no lo sentís… porque yo sinceramente si creyera que este gobierno es lo que ustedes dicen no sé si no estaría de acuerdo con su derrocamiento o algo parecido.
-Esa es una opinión tuya.
-No, es una opinión de ustedes… ¿qué puedo pensar de un gobierno que representa a un puñado de millonarios decidido a hambrear y reprimir al pueblo, que es la continuidad de la dictadura militar?
-Cívico militar -corrige José.
-Las pelotas cívico militar -responde Marcial-, yo entiendo que los peronistas quieran proteger a los milicos y al militarismo que asoló a este país, o relativizar su actividad golpista, actividad que lo tuvo a Perón como protagonista principal, pero los que gobernaron y ejercieron el poder de fuego desde 1976 a 1983 fueron los militares con la colaboración de civiles que adherían a la disciplina castrense. No nos olvidemos que consideraban que las Fuerzas Armadas eran la reserva moral de la nación.
-Vos me decís que yo disculpo a los militares, y yo te digo que vos disculpás a Martínez de Hoz.
-Pensá lo que quieras, pero el terrorismo de Estado, las desapariciones, secuestros, torturas y muertes, contó con la participación excluyente de los militares.
-Corrijo -dice Marcial- el terrorismo de Estado fue civil, porque lo inició un gobierno civil dirigido por Juan Domingo e Isabel… es más, fue tan brutal esa ordalía de sangre vertida por el peronismo en esos años, que yo postularía que los militares cuando llegaron el 24 de marzo se animaron a hacer lo que hicieron porque los inspiraba el ejemplo peronista.
-Muchos peronistas padecimos cárceles y muerte…
-Sí claro, pero los empezaron a matar en 1973, en Ezeiza y en tantos lugares. Hablan al pedo de la Revolución Libertadora pero nadie mató más peronistas que el gobierno peronista iniciado en 1973.
-Estábamos hablando de las elecciones… -nos recuerda Abel.
-Es todo lo mismo -exclama Marcial- si algo bueno tuvieron las elecciones del domingo es que estamos dando vuelta la pagina de un período de más de setenta años de bochorno, vergüenza y decadencia.
-No comparto -dice José.