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Pensar el pasado como la resolución de un enigma a dilucidar en el presente y conjugar el futuro en tiempo presente, son los rasgos distintivos de la singular lucidez de Sarmiento, el motivo por el cual sus adversarios calificaron de locura lo que en realidad eran genialidades.
2
Sarmiento pensó la Nación. La pensó con talento y con furia. Arremetió contra el futuro y en el camino ganó honras y también chicotazos. Su visión del futuro fue reveladora. Solo se equivocó en un detalle: jamás pensó que su hija dilecta, la docencia, sería dirigida por Baradel, un personaje que en el imaginario de Sarmiento hubiera estado más cerca de la Mazorca que de la Ley 1420.
3
A la hora de pensar la inserción de la Argentina en el mundo en la segunda mitad del siglo XIX, Sarmiento destacó que mucho peor que arriesgar ser dominados por una potencia es aislarse y ser ignorados. Una vez más, Domingo Faustino se anticipaba en más de un siglo a su tiempo.
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Cuando los comedidos de siempre le piden al presidente Sarmiento que designe a unos amigos en el gobierno responde: “Soy el presidente de todos los argentinos, no el de mis amigos”. Y cuando otro comedido le dice que ninguna ley le impide nombrar a un amigo, le retruca: “No está prohibido que el pariente de un presidente sea ministro, pero la decencia lo impide. Un presidente no debe de tener ni padre, ni madre, ni parientes”.
5
Sarmiento habla en el Congreso. Propone caminos, puentes, puertos, escuelas, casas, universidades… y sus palabras son interrumpidas por las risotadas de los legisladores por lo que consideran los desvaríos del “loco Sarmiento”. Dirigiéndose al taquígrafo, Sarmiento le dice: “Anote señor, anote estas risas, para que el futuro sepa con los burros que he tenido que lidiar”.
6
Unos jóvenes lo insultan a la salida del Congreso. En la siguiente sesión responde: “¿En qué país estamos?, ¿a qué tiempos hemos llegado? Jóvenes insultando a un viejo en la calle. Claro, no conocen la historia. Yo soy don Yo como dicen, pero ese don Yo ha peleado a brazo partido durante veinte años contra don Juan Manuel de Rosas y lo ha puesto bajo sus plantas… todos los caudillos llevan mi marca…Y es una pérdida para el país que ustedes encadenen y humillen a este espíritu que ha vivido sesenta años duro contra las dificultades de la vida; que ha sufrido la tiranía y ha sufrido la pobreza que ustedes no conocen.. Hablo así para que vean que es inútil silbarme o aplaudirme…”.
7
Hugo Moyano: “El kirchnerismo tuvo corrupción como todos los gobiernos”. Interesante conclusión “moyanista”: Si todos los gobiernos son corruptos, ninguno lo es. Un Moyano “socialista” preocupado por socializar la corrupción. O “discepoliano”: “Todo es igual, nada es mejor…”.
8
Ampliando la “hipótesis Moyano”. Robledo Puch dice que todo joven es capaz de robar, violar y asesinar; Lucky Luciano admite que toda persona en su lugar haría lo mismo que hizo él. Moyano, Puch y Luciano son diferentes, pero sus razonamientos se parecen.
9
Para ciertas versiones del populismo, sus vicios los humanizan. “Todos somos corruptos”, sería algo así como una franquicia, un “derecho humano” que ejercemos con inocencia y alegría. Universalizar y naturalizar el vicio es la coartada de los poderosos para asegurarse impunidad sin remordimientos.
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Una maestra sometida a vejámenes. Investigar y sancionar. ¿Quiénes fueron? Ni el gobierno ni la oposición. Estas faenas provienen de delincuentes comunes o fanáticos de extrema derecha entreverados con servicios de inteligencia. Fatal ley de hierro: se tensan las contradicciones al máximo y la derecha más brutal sale a la calle con sus carniceros. Todas las tragedias sociales del siglo veinte se condensan en esta relación perversa.
11
Tan grave como la inflación de precios es la inflación de huelgas y conflictos alentados por los operadores de la Argentina populista que ven amenazados sus privilegios. Puede que los conflictos sean justos, pero lo que no son justos son los objetivos destituyentes de los conspiradores.
12
A Netflix le propondría una serie de tono conspirativo. Una secta religiosa cuyo objetivo es destruir la educación pública, inicia el sabotaje con huelgas salvajes en “defensa de la educación pública”. El líder de la causa sería un matón o un barra brava reclutado por Moyano.
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Brancatelli no solo no es un periodista, sino que ni siquiera es un periodista militante y mucho menos un animador. Su rol, si fuera posible definir esa presencia grotesca y mórbida, es la del bufón y su género son las bufonadas que solo divierten a su Señor o a su Señora.
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Las detenciones del exjuez Melazo y el exfiscal Morán, ¿son la excepción que confirma la regla o son la excepción que destruye la regla? Por lo pronto, en provincia de Buenos Aires hace rato que se sabe que Melazo y Morán no son aves solitarias en un cielo azul y transparente.
15
Cambió la presidencia de la Corte Suprema de Justicia. Veremos si esto es una buena o una mala noticia. Cambiar la presidencia de la Corte fue posible, lo que resulta más difícil -y en algún punto imposible- es cambiar los privilegios que disfruta la corporación judicial.
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Todo jugador de truco sabe que si recibe buenas cartas tiene que disimularlo, y si las cartas son malas debe sugerir lo contrario. En ese “simulacro” reside una de las claves del ejercicio de la política como arte, tal como pensaba Maquiavelo.
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No hablo de “tormenta”. Hablo de crisis. Crisis pensada como el pasaje desde un orden que muere a uno que está por nacer. Los dolores del parto son justamente los que provienen del inevitable forcejeo entre un orden corporativo, corrupto y cerrado y una sociedad abierta.
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Al coronel Larrabure lo asesinaron. Luego de un año de encierro en una jaula especular con el suicidio es una canallada. ¿Quién se hace cargo del crimen? El PRT no, porque el PRT no existe; la ley, menos. Kafka estaría asombrado por esa mezcla de ausencia, absurdo y cinismo.
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¿Es Dady Brieva el que habla disfrutando de nuestros sufrimientos o es Antonio, el fascista de ‘El ciudadano ilustre’? ¿O no será que Antonio nunca existió y que el director de la película contrató a Dady Brieva para que en ‘El ciudadano ilustre’ hiciera de Dady Brieva?
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El trajinar de una cuadrilla buscando bolsos con dólares enterrados en la Patagonia por el testaferro de una pareja de presidentes corruptos, traza las líneas de un texto arrancado de la fantasía de un escritor paranoico. El relato K como experimento alucinado de vanguardia.
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Jorge Asís exige adelantar los comicios. Golpismo encubierto con retórica de cuentero y guiños de rufián. Uno de los requisitos de la democracia es el respeto a los mandatos. Pero los peronistas cuando son poder se quieren quedar para siempre y cuando bajan al llano exigen que se acorten los mandatos.
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Cristina Fernández de Kirchner como candidata del peronismo para 2019 más que un hecho es un síntoma y más que un síntoma es una patología. Tema para los historiadores. Al peronismo le cuesta demasiado separarse de sus excrecencias. Así fue con Menem y así fue con Isabel.
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¿Dolarizar la economía? Que los economistas debatan sus posibilidades. Leo y aprendo. Pero a ojo de buen cubero: no me gusta la jugada. Más que una alternativa me parece una coartada, la fantasía de creer que si nos dolarizamos superamos todos los problemas. De todos modos hemos hecho lo posible y lo imposible para dolarizarnos, al punto que muy bien podría decirse que para bien o para mal nos merecemos el dólar. O no nos merecemos una moneda nacional.
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“Te vamos a matar, gorila”, amenazan desde la calle; otro me grita “facho”. Actúan como camisas negras pero el facho soy yo. No les tengo miedo. Si alguna vez me sucede algo los lectores ya saben quiénes son los culpables. Pero no les tengo miedo. Personas más importantes y más peligrosas me han amenazado y algo más. Camino solo y no dispongo de los matones que protegen a sus patrones. ¿Matarme?. A mis años, vivir un poco más o un poco menos…