IEl cura villero Paco Olveira está en su derecho de optar por los pobres. Además, creo en la honestidad de su compromiso cristiano. También es derecho suyo ser kirchnerista y defender a Cristina y criticar a Mauricio Macri. Pero en este punto yo me siento con derecho a discutir sus opciones políticas que no se las sopla Dios, las elige él en este mundo pecador. Y sobre todo, discutir las soluciones que propone, porque escuchando sus desvaríos políticos y económicos me viene a la memoria lo que alguna vez dijera Raymond Aron: “No se justifica decir disparates políticos en nombre del buen corazón”. II Si para los curas villeros votar a Macri es pecado, ¿qué castigo correspondería por votar a la cleptocracia kirchnerista? Soy agnóstico y no creo en las sanciones en el cielo, pero me animaría a sugerir que los curas villeros aprendan a diferenciar pecado venial y pecado mortal. Y aprendan a preguntarse si con su apoyo a los kirchneristas no están liberando de culpas a pecadores mortales… III No creo en la objetividad periodística, pero sí creo en el máximo de objetividad; no creo en el periodismo militante, pero sí en el periodismo comprometido; no creo que el periodista deba ser una enciclopedia, pero sí que debe apropiarse del conocimiento más avanzado de su tiempo. IV No hay libertad de prensa sin periodistas; no hay libertad de prensa sin estado de derecho; no hay libertad de prensa sin libertad de empresa; no hay libertad de prensa sin ciudadanos y opinión pública; no hay libertad de prensa sin una sociedad decidida a defenderla. V ¿A Jair Bolsonaro debemos juzgarlo por lo que dice o por lo que hace? Mmm… ¿O atender a las oscuridades que propone para Brasil o las soluciones de apertura que propone para el mundo? Mmm… VI “Todo estaba sucio”, es el título de una novela de Raúl Barón Biza. Y el título que merece este proceso electoral que lidera “el Alberto” y, tal vez, “el bello Sergio”. Todo está sucio, señores: 13 procesamientos, 7 pedidos de captura a la jefa, un PBI completo robado y disfrutado. Como le gustaba decir a mi tío Colacho: “Con mierda no se puede hacer dulce de leche”. VII Jorge Rafael Videla no inventó el golpe de Estado y el terrorismo de Estado, pero fue su máxima expresión, su letra perfecta, la rúbrica final. Cristina y Néstor Kirchner no inventaron la corrupción, pero agotaron sus posibilidades. Nadie lo hizo antes como ellos; nadie podrá hacerlo después mejor que ellos. A su manera son únicos, exclusivos, intransferibles. VIII Respecto del cambio del Padrenuestro, se rumoreó por los pasillos del Vaticano que el primer borrador escrito por el compañero secretario general de la unidad básica de Santa Marta, agregaba a “el pan nuestro dánoslo hoy”, “…y mañana es San Perón, que trabaje el patrón”. Se comenta que Joseph Ratzinger puso un mínimo de sensatez evangélica y lo convenció de que ese cambio por el momento no era oportuno. IX Cuando digo que el kirchnerismo es el retorno al pasado, no aludo a algo remoto, a algo perdido en la noche de los tiempos, sino a ese pasado inmediato que fue su gobierno. Y digo que ese pasado es inviable porque ellos despilfarraron y se robaron los recursos que hicieron posible ese pasado. Nos dejaron sin reservas, sin moneda, sin energía, sin vacas. Sin embargo, insisten en retornar a ese pasado imposible. X Si la utopía se orienta hacia el futuro, la novedad del kirchnerismo es que inventó una utopía cuya meta es el pasado. En este punto se parece a las grandes corrientes reaccionarias de la modernidad que ardían de nostalgia por retornar a un pasado imposible. No nos engañemos: el paraíso ideal del kirchnerismo es un gigantesco Conurbano extendido desde la Quebrada de Humahuaca a Tierra del Fuego. Con una troupe de curas villeros rezando el rosario a la caída de la tarde, rodeados de ollas populares y crucifijos. XI La decisión anunciada por Alberto Fernández de negarse a debatir con Mauricio Macri atribuyéndole ser un mentiroso, está en sintonía con la decisión de la jefa de Fernández, doña Cristina, de no entregar el bastón de mando en 2015. En ambos casos se trata de desconocer la legitimidad del otro. XII Me resulta surrealista o de ciencia ficción o de magia negra, que el gobierno que cerró el Indec, que aseguró que la pobreza de la Argentina era menor que la de Alemania, que niega la evidencia de haber robado a cuatro manos, que alteró cifras de la economía real, califique a Mauricio Macri de mentiroso. XIII La llamada “Avenida del centro” se está reduciendo a una calle angosta y de apretada doble mano. Mi opinión es que a las dificultades políticas que deben superar para armar una propuesta de poder, se suma la indisimulable feria de vanidades de los “narcisos” que pretenden ser candidatos. Como broche de oro, esa impetuosa “picardía peronista” que los habilita a correr despavoridos en ayuda del que creen es el nuevo ganador o ganadora. XIV No deja de ser una cruel ironía de la política que cada vez que se reclama justicia contra la cleptocracia kirchnerista, los ladrones te acusen de estar incentivando la grieta, justamente esa grieta que ellos cavaron infatigablemente durante los doce años que ejercieron el poder. XV Alberto Fernández internado. Ojalá sea leve y recupere la salud. Pero convengamos que en este país con el peronismo no ganamos ni para susto. La salud transformada en operativo político, en intriga, en especulación de poder. ¿Está enfermo o se hace? ¿Está enfermo o lo enfermaron? ¿O está enfermo en serio y entonces el problema es otro? Venimos de la alquimia política y ahora entramos en el curanderismo político. Todo se despejaría si no hubiera tantos secretos, tantas serruchadas de piso, tantas manipulaciones. XVI Me divierte y me sorprende la dependencia de políticos, periodistas y funcionarios por las encuestas. Esa manía de exigirlas a las encuestas que digan lo que ellos quieren y adivinen lo que ni siquiera el Espíritu Santo podría adivinar. Sin exageraciones, podría decirse que las encuestas sustituyen lo que en el mundo antiguo era la magia y en la actualidad es el horóscopo para las almas simples. En realidad estos consumidores de encuestas están más cerca de Horángel que de Emile Durkheim. XVII Pregunta a las feministas moderadas con quienes comparto objetivos: ¿Por qué permiten que las más fanáticas, las más provocadoras, las más resentidas encabecen las manifestaciones y dicten consignas? ¿Cuántas causas justas se perdieron por ceder la conducción a los sectores más extremistas? XVIII Comparto la consigna “Ni una menos”, pero si la condición para acompañar esa consigna es insultarlo a Mauricio Macri, opto por dar un paso al costado. ¿Eso es lo que quieren? ¿Ser cada vez menos? ¿Transformar una consigna justa en opción partidaria y pasión de minoría? ¿Eso quieren? XIX No sé si es una buena o una mala noticia que la opción conocida como “Avenida del medio” se esté reduciendo a su mínima expresión. Si sé que los políticos que intentan representarla: Sergio Massa y Roberto Lavagna no están a la altura de las circunstancias. Les falta fe, coraje, convicciones. Y sobre todo, les falta grandeza política, generosidad de miras. Carecen de vocación y talento para jugar una final por el campeonato. Se conforman con un partido en el potrero, “casados contra solteros”. XX ¿Alguien tiene alguna duda sobre la relación mafiosa entre Lázaro Báez, Julio de Vido y Cristina Kirchner? ¿Qué nivel de fanatismo o de alienación ideológica o de perversidad política hay que disponer para negar lo evidente? Los negacionistas, ¿son imbéciles, son cómplices o las dos cosas al mismo tiempo? ¿O son tal vez estafados que por pudor se resisten a admitir que lo fueron? XXI Verónica Magario dice que no va a declarar su fortuna por razones de seguridad. Hugo Moyano dice lo mismo. Axel Kicillof alguna vez aseguró que no daría el número de pobres en la Argentina para no estigmatizarlos. Cristina dice que no explicará el origen de su fortuna porque es una abogada exitosa. Dios mío: ¡Qué coherentes que son! |