«Cuando te des cuenta exacta…»

I

El acuerdo con la Unión Europea no es un acto mágico ni la llave de la felicidad que nos abre las puertas a la dicha eterna. Por el contrario, representa para los argentinos esfuerzos extraordinarios en materia impositiva, laboral y financiera para estar a la altura de las circunstancias que -dicho sea de paso- empezarían a notarse dentro de diez años por lo menos. Dicho esto, corresponde señalar que ninguna de estas consideraciones puede eludir el hecho cierto de que este acuerdo inserta a la Argentina en el mundo real y en sintonía con sus mejores tradiciones de apertura. Por supuesto que para estar a la altura de este acuerdo hay mucho para hacer en el orden interno, pero ahora sabemos que hay un rumbo, una orientación que es al mismo tiempo una posibilidad y una esperanza.

II

Se dice que Miguel de Unamuno llegaba a la mesa del café y antes de saludar exclamaba: “No sé de lo que estáis hablando, pero desde ya me opongo”. En Unamuno el arrebato era humor libertario, pero en Pino Solanas, Axel Kicillof y Aníbal “Morsa” Fernández su oposición al acuerdo con la Unión Europea es patetismo populista.

III

¿Es la grieta responsabilidad de todos? ¿Es algo así como una desgracia de la que todos somos culpables? Señores: la grieta o la intolerancia política con violencia, escraches y tal vez crímenes fue un “invento” del kirchnerismo en el ejercicio del poder. Puede que haya macristas intolerantes -los hay y son deplorables- pero el macrismo podría existir sin el kirchnerismo y sin grieta, aunque el kirchnerismo no puede existir sin enemigos y sin el objetivo político que incluya la represión -o algo peor- de por lo menos la mitad de los argentinos. ¿Cómo en Venezuela? Y sí… como en Venezuela.

IV

La expresión más elocuente, más sincera, más escenográfica si se quiere, acerca de la calidad ética y estética de las críticas a Mauricio Macri la expresó mejor que nadie Cande Tinelli: “Vuelvo a vivir con papá por culpa de la ‘macrisis’”. He aquí una militante nacional y popular en el pleno y coherente ejercicio de sus facultades actorales. Aplausos.

V

Guion para comedia grotesca. Escenario: equilibrio fiscal y comercial, autopistas, puertos, trenes de carga, exportaciones, baja del gasto. El país empieza a normalizarse y a los kirchneristas se les hace agua la boca. “Todo lo que podríamos chorear si llegáramos al gobierno”, murmuran excitados en voz baja. Personajes como Guillermo Moreno, Amado Boudou, Dady Brieva, o Mempo Giardinelli; y actrices como la señorita Tinelli, Andrea del Boca, Ofelia Fernández, Florencia Kirchner, Agustina Kampfer, a un dramaturgo como Armando Discépolo lo hubieran fascinado, y los hermanos Podestá hubieran pagado lo que no tenían para convocarlos a su circo en una gira artística por los caminos del Señor.

VI

Me interesaría saber cuáles son las razones políticas internas de Alberto Fernández para visitar a Lula en la cárcel de Brasil y no visitar a sus compañeros Amado Boudou, Julio De Vido, Lázaro Báez, Luis D’Elía y los López. ¿Considerará que Lula es un preso político y los otros no? ¿O es una foto “pa la barra”?

VII

Al Alberto habría que recordarle que su visita a un preso condenado por nueve jueces en diferentes instancias, es un injerencia en los asuntos internos de otro país y, además, el respaldo de un candidato a presidente a un señor que no está condenado por sus virtudes políticas sino por sus habilidades como delincuente.

VIII

Los kirchneristas presentan a Florencia Kirchner como una nena de 13 años maltratada y abandonada. Su ex marido levanta la apuesta y la presenta como si tuviera 8 años. Y su madre, como si fuera una nena en la guardería. ¿Es necesario recordarles que tiene más de treinta años, es casada, divorciada y con un hijo? Una de dos: o la subestiman a ella o nos subestiman a nosotros, cuando en realidad todo esto da indignación, pero sobre todo da mucha pena.

IX

Gente abandonada en la calle hay en Buenos Aires y en todo el país, con el añadido de que en la ciudad de Buenos Aires la atención es mucho más eficaz, pero pareciera que solo en la Reina del Plata hay gente en la calle, cuando en realidad todos sabemos que esta “publicidad” ocurre porque la denuncia en Buenos Aires adquiere en el acto entidad nacional, por aquello que alguna vez Ezequiel Martínez Estrada bautizara como “La cabeza de Goliath”. Las causas de estas situaciones dolorosas son diversas, pero lo peor que se puede hacer es politizar la desgracia en términos electorales. No solo es un error, en más de un caso es una canallada, en primer lugar, contra los propios indigentes.

X

A muchas de las personas que duermen en la calle las inclemencias de la vida les han enfermado su sistema nervioso. Las explicaciones sobre esta deplorable realidad son diversas, pero hay algo imposible de negar: cuando la economía crece e integra hay menos mendigos en la calle.

XI

Una perspectiva de esta tragedia es pensar en los dramas impiadosos que escenifica la gran ciudad, una mirada en contraste con la vidriera exitosa o con el relato de la felicidad. Esas vidas destruidas, esos despojos humanos abandonados en una esquina, esa agonía en el frío, la mugre y el delirio encierran en cada caso una tragedia, un drama, un naufragio. Miro a esas personas tiritando, protegidas apenas por harapos y recuerdo aquella película de 1969 “Cowboy de medianoche”, dirigida por John Schlesinger con las actuaciones de Jon Voight y Dustin Hoffman. El taxi boy vividor de señoras ricas y el sobreviviente en un Manhattan transformada en una jungla.

XII

Pino Solanas quejándose de los bajos salarios de los senadores. ¿Cree en lo que dice o está chocheando? El hombre que cuenta con más de cuarenta colaboradores y se presenta como un abanderado de la igualdad afirma que un capitán no puede ganar más que un general. Y el general es él.

XIII

Jorge Altamira fracciona el Partido Obrero, al partido que manejó durante décadas como patrón de estancia. Sus argumentos son ideológicos -al mejor estilo troskista- y allá ellos con su morbosa pulsión al fraccionalismo instalando en cada disidencia una polémica interminable entre revolucionarios y traidores. Ahora bien, al señor Altamira le preguntaría: ¿Cuánto de narcisismo herido hay en su decisión? ¿Cuánto de despotismo en el señor que no soporta haber perdido una elección interna? ¿Cuánto de pérdida de ingresos laborales de este señor que se pasó la vida rentado en nombre de la revolución?

XIV

Nada personal contra Miguel Ángel Pichetto, pero espero que su aporte a Cambiemos no se reduzca a calificar de comunista a Axel Kicilloff o a realizar intensas gestiones para que el señor Alberto Asseff sea diputado nacional mientras José Luis Espert consagra su candidatura. No quiero darle la razón a mi tía Cata cuando dice que Macri lo llamó al señor Pichetto para encomendarle el trabajo sucio, tarea que en cualquier casa, incluso la más respetable, siempre es necesario realizar con la tranquilidad de saber que en este reino del señor siempre habrá un peronista dispuesto a hacerlo.

XV

Me sorprende cuando algunos opositores dicen que el gobierno de Cambiemos carece de proyecto político. Pregunto: ¿Vaca Muerta, la modernización de la pampa húmeda, las redes de caminos, aeropuertos y puertos, el respeto al estado de derecho, el ejercicio pleno de las libertades, el acuerdo con la Unión Europea, no son acaso un proyecto, no perfila un modelo de país?

XVI

El decoro aconseja no usar en el extranjero la camiseta argentina para insultar al presidente electo por los argentinos. En el pasado, un político -del signo que fuera- jamás en el extranjero se permitía hablar mal del presidente de su patria. Estas normas de higiene los kirchneristas las ignoran.

XVII

Sobre el escrache a Mauricio Macri en Suiza, aconsejo no dar por el pito más de lo que el pito vale. Se trata de dos boluditos alegres que se mandaron una “jodita” sin correr riesgos, “jodita” que no se la harían a Vladimir Putin o a Nicolás Maduro porque los aboyarían a palos. A no llamarse a engaño: no son héroes, son dos boluditos alegres que con sus actos llevan más votos a Cambiemos que el puntero barrial más eficiente.

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