I
Un gran científico, un caballero de la libertad, un hombre que nos honraba a los argentinos en el mundo ha muerto. Se llamaba Mario Bunge. Lo entrevisté en Santa Fe cuando la UNL le entregó el Honoris Causa. Irónico, ácido. Confiado en su saber y su inteligencia. También en su sentido del humor. Le pregunté que pensaba del peronismo: “El poco bien que hizo lo hizo mal y el mucho mal que hizo lo hizo bien”. Conversar con él fue uno de los placeres que muy de vez en cuando nos brinda la vida. Me habló de su padre socialista, de sus proyectos políticos juveniles a favor de la ciencia y de las persecuciones que padeció en el país. Casi al final de la entrevista le pregunté qué hacía falta para que creyera en Dios. Me respondió con dos palabras: “Un milagro”.
II
La condición de “diputrucho” es un aporte notable que el peronismo ha realizado a la teoría política de la modernidad. De aquí en más, se repiten. Sus trapacerías políticas las harán cuantas veces lo quieran o se lo permitan. Más que asombrarme me aburren. ¡Son tan previsibles! De todos modos, a mí lo que más me conmueve es el empecinamiento de los peronistas en ajustarse exactamente a la imagen que los ciudadanos tenemos de ellos. Daniel Scioli, gobernador, vicepresidente y candidato a presidente operando como diputrucho. Supongo que un felpudo dispone de un sentido de la dignidad algo más elevado.
III
A ver si nos ponemos de acuerdo. Los kirchneristas no están en contra de los periodistas, están en contra de los periodistas que los critican. No tienen problemas con los jueces, tienen problemas con los jueces que investigan. Estarían dispuestos a admitir la existencia del Congreso, siempre y cuando el Congreso cumpla las funciones asignadas a una escribanía. La única oposición que consienten es la sumisa o la que tiene precio. Su cultura política oscila peligrosamente entre la dictadura y el autoritarismo. Su estrategia invariable es “ir por todo”. Si no lo hacen, no es porque no quieran sino porque no pueden.
IV
No me queda claro si el señor Marcelo Sain habla en serio o habla en joda. Si habla en serio, lo suyo es siniestro; si habla en joda, es un incorregible boludo. En cualquiera de los casos, es deplorable que la seguridad de la provincia de Santa Fe esté en manos de este señor. Omar Perotti durante la campaña electoral prometió traer la “paz y el orden”. Tal vez Omar no lo sabía, pero esa fue la consigna de Juan Manuel de Rosas. Claro, don Juan Manuel puso al frente de la seguridad a Ciriaco Cuitiño, degollador y mazorquero. Nosotros lo tenemos a Sain. Por supuesto que hay diferencias entre uno y otro. No quiero un Cuitiño para Santa Fe, pero tampoco me conforma Sain. Cuitiño degollaba; Sain, habla, se disfraza, hace chistes, en una provincia que está para cualquier cosa, menos para chistes. Por ahora, ninguno de los dos me conforma. Pepe Marrone no es la alternativa a un degollador. Aunque los políticos del oficialismo provincial no lo crean, “la paz y el orden” es una consigna de realización mucho más compleja que enunciarla desde la comodidad de una tribuna. Mientras tanto, Rosario (ante la impotencia y el dolor de miles y miles de rosarinos), parece esmerarse en honrar su apodo de la Chicago argentina. La Chicago de Al Capone y Chicho Grande, claro.
V
Desde las fatídicas Paso de agosto del año pasado a la fecha, se depreció el peso, creció el riesgo país en 1100 puntos, se instaló como para quedarse el déficit fiscal, se duplicó el dólar, cayeron las reservas internacionales, se redujo el PBI y aumentó en 13 puntos la deuda pública. Vaca Muerta no está muerta, pero está boqueando. De la obra pública podría decirse: “Si te he visto no me acuerdo”. ¿Quién fue el que dijo: “La única verdad es la realidad”? ¿Era perfecto el mundo macrista? Estaba muy lejos de serlo. Pero tampoco era el infierno que atizaron los peronistas. Toda la estrategia económica del peronismo consiste en mantener conformes con subsidios a su base clientelista. En ese proyecto el 50% del país queda afuera. El peronismo promete ser leal a su base social “La Matanza- Riachuelo”, las familias kirchneritas que tomaron por asalto al Estado para vivir del presupuesto y, mientras tanto, ajustar al cuarenta por ciento que no los votó. Ni los conservadores más elitistas se hubieran animado a tanto. Otro si digo: Sobre todo, queda afuera el 85% del PBI.
VI
Pobre tío Alberto. Y sus esfuerzos para equilibrar lo imposible. Ahora sus amigas Madres de Plaza de Mayo le enchufaron el mote de “negacionista”. La misma celeridad no tuvieron estas buenas señoras para cuestionar a Cristina cuando designó a Milani comandante en jefe. Pobre tío Alberto. Hebe Bonafini contra Nora Cortiñas. O Nora contra Hebe. Las declaraciones podrían haber sido inversas y todo daría igual, porque, la verdad sea dicha, entre Hebe y Nora lo que se reparten son las rentas del kiosco y para ello el negocio consiste en diferenciarse como sea y contra quien sea. Dos mercaderes peleándose por la misma mercadería. Convengamos que en la refriega entre tío Alberto y Cortiñas hay verdades repartidas. Tío Alberto tiene razón cuando dice que hay que dar vuelta la página de sucesos que ocurrieron hace medio siglo. Y doña Nora tiene razón cuando lo acusa de que jamás en su vida se ocupó de los derechos humanos. ¿Cómo Néstor y Cristina? Exactamente: como Néstor y Cristina.
VII
Axel Kicillof dice estar en contra de la oligarquía terrateniente y cuelga un retrato de quien fuera el mayor terrateniente de la provincia de Buenos Aires: Juan Manuel de Rosas. Tan coherente como ser dirigente sindical de Acindar, y colgar en el despacho un cuadro de Martínez de Hoz. O ser obrero de empresas automotrices en EE.UU., y rendirle honores a Henry Ford. Pregunto sin ánimo de ser indiscreto: ¿El homenaje a Juan Manuel es un guiño cómplice a los maestros acerca de lo que será su proyecto educativo?
VIII
No sé qué pensarán los maestros en particular, de lo que no tengo dudas es que los dirigentes gremiales del magisterio hace rato que se sacaron de encima a Sarmiento con sus paparruchadas liberales de la enseñanza pública, gratuita y obligatoria, mientras contemplan con arrobadora nostalgia, con pasión a lo Dorian Gray, el retrato que el compañero gobernador repuso en su despacho. “Está bien que los docentes me exijan más a mí que a Vidal”, dice con tono de monje venerable el señor Kicillof. Miente, por supuesto. La paciencia de los Baradel con él es piadosa e infinita. A esta altura del año, María Eugenia Vidal ya tendría anunciado un paro salvaje por tiempo indeterminado.
IX
“Policía democrática”, reclama Victoria Donda. El vicio de extender la palabra “democrática” a todos los campos de la vida social. El vicio perpetrado por quienes en realidad a la democracia no la respetan ni la reconocen. Pregunto: ¿Que entiende Victoria Donda por una policía democrática? Por favor, no juguemos con las palabras: la policía tiene que prevenir y combatir el delito. ¿Eso es democrático? No lo sé. Por lo pronto, la policía es una de las instituciones estatales a cargo de asegurar el monopolio legítimo de la violencia. Sus rasgos distintivos no son la deliberación, la horizontalidad o la práctica electoral. En una república democrática la policía está regida por leyes propias de un estado de derecho, pero es un deliberado abuso del lenguaje reclamar por una policía democrática. En principio, me conformo con que sea profesional. Y que no confunda a las víctimas con los victimarios.
Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/227858-se-cayo-la-estanteria-o-san-pedro-abrio-el-porton-opinion.html]