-¿Cómo está viviendo esta cuarentena?
No creo ser muy original al respecto. A la cuarentena la vivo como la mayoría de la gente. Estoy en mi casa de San Sebastián, vivo solo, dispongo de toda la casa para mí, lo cual en estos casos tiene su parte buena y su parte mala. La mala, es la soledad; y la buena, es que puedes pasearte libre de un cuarto a otro. Por lo demás, hago lo mismo desde antes de esta peste que estamos sufriendo, es decir, leo, escribo, escucho música, veo películas. Claro, he tenido que suprimir mis paseos por la costa que me gustaban mucho y la asistencia a las carreras de caballos a las que soy tan aficionado y echo mucho de menos.
-En sus reflexiones está siempre presente el tema de la ética. ¿Hay algo en particular que la actual crisis permita reflexionar acerca de la relación de la ética con los ciudadanos?
La ética es una reflexión sobre la libertad, es decir, de cómo vamos a emplear nuestra libertad. En estas situaciones, este cambio nos obliga a deliberar, a elegir si cumplimos o no las instrucciones que nos han impuesto las autoridades, cómo nos relacionamos con los otros para evitar el contagio o reflexionar sobre nosotros mismos para no convertirnos en resentidos o rencorosos con el mundo. La ética no es más que el conjunto de reflexiones y motivaciones con que enfocamos nuestra libertades.
-Y con respecto al poder, ¿la ética qué tiene para decir?
Hombre, el poder es algo que todo el mundo tiene, nadie quiere la impotencia. No sé a qué poder te refieres.
-En principio al poder político…
El poder en una democracia somos nosotros. Por eso lo que ocurre en una democracia la culpa la tienen los ciudadanos, porque para algunos pareciera que los políticos son personajes que llegaron de otros planeta. El poder somos nosotros y por lo tanto debemos reflexionar de cómo se está gestionando la epidemia, ver lo que se está haciendo mal y lo que se está haciendo bien.
-El gobierno de Pedro Sánchez, ¿subestimó el corona virus, se dejó arrastrar por los hechos o hizo lo que pudo?
A la epidemia la subestimó todo el mundo, empezando por la OMS que al principio dio unas instrucciones como si la epidemia fuera una variante más de la gripe. Poco a poco nos hemos ido dando cuenta de la gravedad que tiene esta epidemia. Respecto de nuestro gobierno me parece que lo tomó algo a la ligera, lo cual es preocupante porque ya para ese entonces teníamos el ejemplo de Italia, por lo que por lo que las medidas excepcionales deberían haberse tomado ocho o nueve días antes, no haber permitido manifestaciones, partidos de fútbol.
-Estábamos hablando del gobierno…
Bueno, hombre, a partir de lo que te digo es evidente que el gobierno mucha habilidad para gestionar la crisis no está demostrando, como lo demuestra el hecho de que somos el país con más muertos en comparación con la población. Está claro que si las cosas las hubiéramos hecho a tiempo no habríamos tenido tantos muertos. La gestión a mi criterio es bastante deficiente y en su momento habrá que exigir responsabilidades.
-La oposición política, ¿acompaña, sabotea, especula?
Hay que tener presente que tenemos alrededor de 20.000 muertos, por lo que sería extraño que la oposición no tenga una posición enérgica, sobre todo cuando en principio el gobierno decidió cerrar el parlamento y empezar a actuar por decreto. Hay que decir también que dentro de la oposición hay matices. Hay dirigentes que tienden a buscar un acuerdo con el gobierno dejando muy en claro las diferencias políticas. Yo creo que esa oposición está bien ubicada, sobre todo si se tiene presente la actitud prepotente del gobierno de cerrar el parlamento mientras que su portavoz principal se dedicaba a atacar sin misericordia a la oposición.
-Las críticas de la oposición a la manifestación del Día de la Mujer, el 8M, ya sabiendo de la pandemia, ¿no son una especulación electoral?
Lo que fue una especulación electoral fue haber convocado una marcha para esa fecha. Hoy nadie duda de que fue un disparate absoluto convocar a la gente, al punto que hasta una de las partícipes más conspicuas de la manifestación cayó víctima del corona virus. Lo que pasa es que, como todo disparate, esto estuvo marcado por la ideología, porque si la manifestación hubiera sido una procesión religiosa por Semana Santa, el gobierno no la hubiera fomentado.
-¿Cuándo salimos de la cuarentena?
Pues que no tengo ni idea. Yo mismo no estoy del todo seguro con estas medidas. La propia cuarentena me parece una actividad exagerada. Algo que se puede observar es que no en todas las ciudades la epidemia actúa del mismo modo. Yo entiendo que el aislamiento ayuda a evitar los contagios, pero habría que evaluar con más equilibrio lo que se debe hacer. Yo veo que en otros países de Europa el cierre no es tan radical. Hay reclusión de la población, pero por otra parte la gente puede salir a la calle. Allí la cuarentena no es tan exagerada. Pero bueno, esto lo han decidido las autoridades; yo desde mi ignorancia no puedo exigir que se levante la reclusión, aunque por mi voluntad me gustaría que se levantara y volviéramos a una cierta normalidad.
-Algunos dicen que lo sucedido es culpa de las sociedades de consumo, de los pecados de los hombres, del ataque al medio ambiente…
Empecemos por decir que los curas actuales son curas anticapitalistas y lo que ahora lamentan es el consumismo o el llamado ecocidio. Son los mismos curas de siempre, pero con distintos objetivos redentores.
-¿Vamos a cambiar después de esta pandemia?
Yo estoy deseando que esto termine de una buena vez para continuar viviendo como vivíamos antes. Espero que concluya esta tempestad que se ha desatado de moralistas baratos que intentan convertir a la epidemia en motivos de redención. Espero que, por ejemplo, se termine con estos mercados al aire libre de animales salvajes; pero fuera de estas cuestiones creo que los seres humanos seguiremos siendo iguales o peores.