El gobierno peronista le sacará 65.000.000.000 millones de pesos a la ciudad de Buenos Aires. Algo así como el 88% del presupuesto de salud o la partida anual de sueldos de maestros. O unos 150.000.000 de pesos por día. para que la próxima vez los porteños gorilas aprendan a votar bien. Está claro que si el titular del gobierno de la CABA fuera Daniel Filmus o Carlos Heller o el compañero Tula, esta expropiación de recursos no hubiera tenido lugar. Se gobierna al mejor estilo K: con el palo y la billetera. Palos para los opositores y billetera para los amigos: Insfran en Formosa o Zamora en Santiago del Estero o Kicillof en provincia de Buenos Aires lo saben muy bien. Como dijera el general: «Para los amigos todos, para el enemigo ni justicia». Y ya se sabe que para los compañeros el que piensa diferente y además tiene el tupé de ganarle las elecciones es de hecho un enemigo. Rodríguez Larreta hoy es el primer enemigo porque además de no liderar un gobierno peronista, gestiona bien y, según la visión paranoica de la política, los peronistas temen que pueda ganarle las elecciones. A no llamarse a engaño creyendo que esto empieza y termina con los porteños. Adaptando el poema de Niemoller diría: «Primero vinieron por los porteños pero yo no dije nada porque no soy porteño; después fueron por los santafesinos y yo no dije nada porque no soy santafesino; luego fueron por los platenses y yo no dije nada porque no soy platense…ahora viene por mí, pero ya es demasiado tarde para defenderme». ¿Exagero? Repasen la trayectoria política del peronismo y lo que hizo desde 1946 en adelante con los distritos opositores; o para no irse tan lejos, recuerden el discurso que Máximo pronunció en la Cámara contra los gobiernos no peronistas de la ciudad de Buenos Aires y la imputación a los presidentes porteños, como si Alberto Fernández hubiera nacido en la Quebrada de Humahuaca. No olvidar a los diputados porteños: Heller, Cerutti o Valdés que traicionaron a su ciudad; no olvidar al Felipe Alvarez, diputado de Cambiemos por La Rioja recomendado como «pata peronista» por Pichetto y Frigerio. No olvidar que la fórmula de poder de este gobierno es el soborno o el apriete. Tampoco olvidar que liberado a su propia iniciativa su consigna obsesiva es «Vamos por todo». O resistimos o el país se transforma en un gigantesco Conurbano: una infinita villa miseria con La Salada como modelo productivo, todo regenteado por caballeros y damas residentes en lujosos country, en la Recoleta o, por qué no, en su Meca espiritual: el Calafate.