Moderada euforia en la mesa. La victoria de Argentina frente a Ecuador nos ha dejado a todos contentos. Somos gente civilizada y expresamos la alegría con cierto recato. Como corresponde. Nada de gritos salvajes o de cantitos obscenos o de pintarrajearnos como indios antropófagos. Pero la alegría está presente. El fútbol de todas manera nos une. Es sin duda la pasión nacional más convocante, más unánime. El sentimiento de patria más actualizado. Tarea de lo sociólogos escudriñar qué ocurre en lo que alguna vez se calificó como el “alma nacional”.
_Messi para todo el mundo -exclama José.
Abel lo llama a Quito y le dice que sirva lo que los muchachos pidan porque él se hace cargo de la cuenta.
_De aquí al campeonato mundial -repite Abel.
_Campeones vamos a ser seguros -susurra Marcial con tono irónico- si no lo somos por derecha lo vamos a ser por izquierda, y si no ganamos con goles vamos a decir que somos campeones morales…
_Otra vez el aguafiesta -acusa José.
_Anoche vi el partido y me asusté como todos al principio con ese gol de Ecuador antes del minuto de juego -explica Marcial- y me alegré después con los tres goles de Messi.
_Ni te imagino viendo el partido y alegrándote -digo.
_Imaginátelo -responde Marcial- porque fue así… me alegré. Nada más. Las personas decentes también somos moderados con nuestras alegrías, como debe ser… se está alegre, no histérico o alienado…
_Nosotros -dice Abel- nos juntamos en el quincho que tengo en el fondo de casa con los vecinos de la cuadra y vimos el partido mientras nos comíamos un buen asado acompañado de un vino excepcional que trajo un amigo de San Juan.
_¿No es que no tomaban más vino?
_Cuando juega la Selección me doy el gusto.
_¿Y festejaron?
_Hasta las dos de la mañana. Incluso salimos a la vereda. A mí no me avergüenza reconocer que estoy contento.
_Yo -digo- lo vi solo en casa. Me preparé una buena medida de whisky y recostado en el sillón seguí los noventa minutos del partido.
_¿Con una sola medida de whisky?
_No, con dos. Una para cada tiempo
_¿Y después?
_Y después me fui a dormir. Acomodé unos papeles y a la cama.
_Mirá que sus aburrido -exclama José- nosotros salimos con mi yerno y un vecino a dar vueltas con el auto. Y terminamos en un bar de la Costanera festejando con un montón de amigos Para mí las alegrías populares son mis alegrías. Si el pueblo está contento yo también estoy contento.
_Como buen peronista -apunta Marcial.
_Sí, claro, como bien peronista.
_Yo, perdonen que sea algo aguafiesta -retoma Marcial- pero si a esta Selección no le acomodamos algunos tantos, en Rusia vamos a pasar un papelón.
_¿Te parece que éste es el momento de tirar tanta mala onda? -reprocha Abel.
_No entiendo eso de “el momento”. Antes del partido vos y muchos como vos decían pestes de la Selección, del técnico y del propio Messi. Hasta escuché comentarios exigiendo que Messi no jugara más. Y ahora resulta que un partido que sale bien y pasamos del inferno al Paraíso. Argentinos típicos.
_Yo no sé si es tan así -digo- creo que efectivamente la Selección debería prepararse, pero creo también que podemos permitirnos estar contentos. Si no hubiéramos clasificado para Rusia habría sido una tragedia nacional.
_¡Otra vez las exageraciones! Si no hubiéramos clasificado para Rusia habríamos estado tristes un par de días (yo, un par de horas) y nada más. No jodamos. Son partidos de futbol. Tragedia nacional es otra cosa. Tragedia nacional es haber padecido durante diez años una cleptocracia. Ésa es una tragedia, y no perder un partido de fútbol.
_O sea que la victoria contra Ecuador a vos no te dice nada
_Yo lo que advierto -dice Marcial- es que jugamos contra un equipo que es el peor del continente, un equipo que no tenía nada que perder, que estaba entregado y con los ecuatorianos más interesados en verlo a Messi que en hinchar por su Selección. Ganamos, pero no es para agrandarse tanto. Además, salvo las jugadas excepcionales de Messi, el equipo como tal estuvo bastante ausente.
_Messi pudo hacer los goles que hizo -dice Abel- porque había un equipo que lo habilitaba.
_Lo pongo en duda. A los goles los hizo porque es un genio. Pero con ese genio no alcanza para salir campeones del mundo. Es más, casi no nos alcanza para clasificarnos… así que no jodamos… festejen si quieren… pero como Selección tenemos varios problemitas que resolver.
_Vos más que mala onda sus un mufa -acusa José.
_Soy responsable y nada más -responde Marcial- Ecuador nos hizo un gol de entrada y lo hizo porque la defensa que tenemos es un colador. ¿Vos te imaginás esa defensa jugando con Brasil, Alemania, Holanda o Inglaterra? Nos llenan la canasta de huevos.
_¡Y se puede saber cuáles son tus consejos? -pregunto
_Yo no soy director técnico, pero no hace falta serlo para darse cuenta que a nuestra Selección le falta mucho. Que hayamos estado con el Jesús en la boca para clasificarnos quiere decir algo.
_En esto algo de verdad hay -digo- cuando una Selección anda bien los resultados no dejan lugar a mayores disidencias. Miren Brasil por ejemplo. O miren Alemania. Ganan y ganan por goleada. No se puede decir lo mismo de la Argentina de los últimos meses.
_Yo creo sinceramente que, como les gusta decir a los peronistas -apunta Marcial- hace falta algo así como un trasvasamiento generacional. Messi es el único que estaría fuera de discusión, pero hay muchos “seleccionados” que ya no dan para más, que ya cumplieron su ciclo.
_¿Por ejemplo?
_No viene al caso dar nombres. Para eso hay un técnico que cobra millones de pesos para hacerlo. Lo que yo sé, como modesto espectador, es que hay jugadores que están agotados, son muy buenos, pero ya fueron. Por otra parte, tenemos la facilidad de contar con por lo menos quince jugadores, desde el arquero al wing izquierdo, todos excelentes, pibes deseosos de gloria y de descoser la pelota en Rusia.
_Me parece que a la cosa la están complicando demasiado -reprocha José- ahora ganamos y merecemos festejar. Después veremos cómo resolvemos los problemas que, según Marcial, nos esperan en el futuro.
_Como buen peronista te gusta vivir el momento y desentenderte de los problemas futuros. Le ganamos a Ecuador y está bien que le hayamos ganado, pero no olvidar que estábamos jugando un partido por el descenso.
_Los argentinos en esto -digo- somos infalibles. Si el Seleccionado fuera como nosotros lo imaginamos deberíamos haber sacado más puntos que Brasil, pero una vez más la distancia entre nuestras vanidades y la realidad se nos planta delante de la cara. Entramos arañando al mundial, pero ya nos consideramos los campeones morales.
_No comparto -concluye José.