«Yo sé que es mentira…»

I

El problema de fondo de este país es articular el capitalismo con la democracia, la lógica del mercado con los derechos de los ciudadanos o la acumulación con la distribución. Fácil decirlo pero difícil hacerlo. El que logre implementar esta fórmula será el estadista del siglo XXI. A una realidad social injusta no se la corrige con demagogia o con resignación. Lucidez y decisión es la fórmula exacta. Lucidez para entender; decisión para transitar desde la teoría a la práctica.

II

Paradojas de los procesos electorales. Mauricio Macri se corre a la “izquierda” y Alberto Fernández se desliza hacia la “derecha”. Macri congela los aumentos de combustibles, renuncia por tres meses a cobrar el IVA en ciertos productos de la canasta básica, aumenta salarios, eleva el piso de los impuestos a las ganancias y le otorga a las Pymes diez años de plazo para pagar sus deudas. Por su parte, Fernández, más que hacer buena letra parece empeñado en hacer caligrafía. Mejor dicho, intenta hacerla, porque con demasiada frecuencia “le sale el indio” y el hombre que pretende presentarse como un estadista moderno exhibe la gestualidad, las crispaciones, los espasmos e incluso los anacronismos que hicieron del kirchnerismo una identidad política exclusiva y singular.

III

Me parece una canallada o, en el más suave de los casos, una torpe manipulación, responsabilizar al gobierno porque dos hijos de puta que ni siquiera son policías matan a golpes a un pobre viejo con demencia senil que robó un poco de queso. Lo desmesurado es que quienes alegremente responsabilizan a Mauricio Macri por esa muerte, hacen mutis por el foro por el asesinato consciente y deliberado del fiscal Alberto Nisman.

IV

“La única perjudicada por ese asesinato fue Cristina”, dijo Alberto Fernández con la absoluta seguridad y la plena certeza de quien descubrió el dilema del huevo y la gallina. Vivimos tiempos disparatados y se dicen cosas disparatadas. Por lo pronto, es una buena noticia que Fernández admita que Nisman fue asesinado, pero disiento con el candidato respecto a quién padeció más los perjuicios de esa muerte. Fernández sin vacilar dice que Cristina; yo digo, amparándome en el principio de la obviedad, que el principal perjudicado por ese asesinato fue el fiscal Nisman.

V

Carlos Barragán, el “hondero entusiasta” de “6,7 y 8” se burla de Hernán Lombardi: “Tu fracaso es formidable, no nos pudiste callar”. Pregunto ¿Cuándo Lombardi decidió callarlo? En todo caso, lo que no se permitió es que un programa sin rating, financiado por los contribuyentes y dedicado a la propaganda al régimen cleptocrático, siguiera en el aire. El atleta del periodismo militante debería presentar sus quejas a esos dos empresarios abanderados de la causa nacional y popular: Diego Gvirtz y Sergio Szpolski

VI

La carta de Barragán a Lombardi es un testimonio de que sigue siendo el apretador y el miserable dedicado a la propaganda de un régimen infame. No aprendió nada ni olvidó nada. Pero durante estos años disfrutó de la libertad que él sería incapaz de reconocerle a sus adversarios. Recuerdo que a Hernán Lombardi, ciertos gurkas de Cambiemos -en todos lados los hay- le reprochaban las libertades que les otorgaba en los medios a periodistas abiertamente opositores, y algunos, enemigos jurados. Ese talante democrático, esa apertura hacia el pluralismo, un señor como Barragán jamás lo podría entender.

VII

Si Alberto Fernández promete regalar remedios, subir las jubilaciones, aumentar sueldos mientras reclama un dólar recontralto y sus laderos aseguran que no le pagarán al FMI, a nadie le debería llamar la atención que a las 48 horas de las PASO, cada argentino sea treinta por ciento más pobre. Es verdad que con Mauricio Macri la economía venía atada con alambre, pero no es menos cierto que Fernández con sus declaraciones cumplió el mismo rol que el iceberg con el Titanic.

VIII

Cierta leyenda histórica asegura que algunos políticos de la oligarquía se valían del poder para enriquecerse y colocar esas fortunas en el extranjero; o se valían de la información que le brindaba el poder para especular y embolsar millones con el tipo de cambio. Los Kirchner con las regalías petroleras y comprando dos palos verdes gracias a “la información” transforman a los conservadores en nenes de pecho. Los comportamientos de Néstor y Cristina están más cerca de las maniobras que en su momento practicaban, por ejemplo, Juárez Celman o Victorino de la Plaza que de la causa nacional y popular que predican.

IX

El mundo se pregunta por qué los argentinos nos corrompemos cíclicamente. La respuesta la dan ellos mismos: el peronismo. Las opiniones de Winston Churchill, Raymond Aron, Palmiro Togliatti, Albert Camus, Víctor Haya de la Torre, Walter Lippmann, Karl Popper, Octavio Paz, Vargas Llosa, Isaiah Berlin, entre tantos, son concluyentes. Para el mundo, el peronismo es un fascismo corrompido, un populismo degradado, un mito fascista. Pareciera que la distancia permite contemplar las identidades políticas desde otra perspectiva. Como diría Borges, la realidad es tan maravillosa que hasta sería posible que en el mundo conozcan las perplejidades políticas de la Argentina mejor que los argentinos

X

El gobierno que más se aproximó a un federalismo fiscal perfecto, en un momento de crisis decide aplicar medidas que la oposición peronista propagandiza y promete. Y en el acto los gobernadores peronistas llegan a Buenos Aires con los botines de punta. ¿Extrañan el látigo y las amansadoras con Cristina? Palabras más, palabras menos, el conflicto del presidente con los gobernadores enseña que nada sale gratis en esta vida. La lección deberían aprenderla aquellos populistas que prometen regalar remedios o aumentar sueldos, sin decir de dónde saldrá la plata.

XI

Propuesta económica de Alberto Fernández: recuperar el consumo, recuperar el empleo, recuperar las Pymes, ponerle plata en el bolsillo a la gente. ¡Mirá qué fácil había sido! ¡Cómo no me di cuenta! ¿Sería mucha indiscreción preguntarle cómo piensa hacer semejantes maravillas? Como diría mi tío Colacho: “Por qué será que a estos ñatos no les creo nada?”.

XII

Demagogo es el político que en campaña electoral o desde la oposición promete cosas que no podrá cumplir, o exige reivindicaciones que cuando él asuma el poder tampoco podrá cumplir. Demagogo es el político que nunca dice de dónde saldrá la plata para cumplir con sus promesas. Demagogo es el político que recurre a las intermitencias del corazón para embaucar y al prestigio de la inteligencia no para iluminar sino para oscurecer.

XIII

Si el peronismo retorna, no sé si arreglará la economía o si reducirá el número de pobres o si, una vez más, optará por esconder los números reales al estilo Guillermo Moreno o Axel Kicillof. Lo que sí es muy probable es que los ladrones presos recuperarán la libertad y que la señora será indultada o amnistiada. La consigna será: la impunidad al poder. A no llamarse a engaño. Si el Alberto es elegido presidente se abren los portones de Ezeiza y salen todos los malandras.

XIV

Un aniversario más de Jorge Luis Borges. A través de los años asombra la unanimidad de adhesiones que despierta. Alguna vez estas adhesiones estaban más repartidas. La izquierda y el populismo lo odiaban. Uno de esos exponentes recuerda con culpa, una siesta lluviosa y fría en la que Borges estaba solo y vacilante con su bastón blanco en una esquina y desde el bar él comentó con sus amigos: “Qué nadie lo ayude a cruzar viejo gorila hijo de puta”. Y se creían que con ese gesto estaban realizando aportes decisivos a la lucha antiimperialista y contribuían a forjar el hombre nuevo. Recuerdo un poema de Armando Tejada Gómez insultándolo a Borges, mientras sus seguidores suponían que la poesía de Tejada Gómez era superior, más comprometida. Supongo que el paso del tiempo ha dado lecciones definitivas al respecto, por lo que hoy comparar a Tejada Gómez con Borges sería un innecesario acto de crueldad contra Tejada Gómez.

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