I El gobierno nacional aprobó las leyes que asegurarán la reactivación económica y la solidaridad social. Durante seis meses el presidente Alberto Fernández dispondrá de atributos muy parecidos a los de un dictador. No hay por qué asustarse dicen historiadores y cientistas políticos nac&pop, porque sin ir más lejos el antiguo y clásico derecho romano autorizaba facultades parecidas. Como diría tío Colacho: “Ahora sí que me quedo tranquilo”. Tío Colacho no lo sabe y los muchachos no le informan que en Roma, hace dos mil años, el dictador estaba por un período acotado de tiempo y luego renunciaba. Como el peronismo es la superación “dialéctica de la historia”, lo que han resuelto los compañeros es que se constituya la dictadura, pero el dictador no renuncia y, además, pueda “renovar por tiempo indefinido” (frase que estremece de ternura a los populistas criollos) las facultades extraordinarias. II Por supuesto, todas estas diligencias los compañeros se toman la molestia de gestionarlas en nombre de los pobres y en contra del “cipayaje gorila y vendepatria”. Seguramente no faltará un curita villero que bendiga semejante testimonio piadoso y de amor hacia los preferidos a la hora de ingresar al Paraíso. Afanes teológicos al margen, le vamos a hacer caso por ahora a la consigna de Roberto Arlt: “Plata en mano y culo en tierra”. Dicho esto, agrego que, por lo pronto, yo no estoy del todo seguro que la plata recaudada a través de un ajuste vaya para los pobres o, por el contrario, termine engrosando la fortuna de los dirigentes populares con residencia en la Recoleta, Puerto Madero, Nordelta y estancias y cascos de estancias en la pampa húmeda y en la Patagonia, que ya no es ni trágica ni rebelde, como creía Osvaldo Bayer, sino sometida y saqueada como dispuso la pareja real de El Calafate. En definitiva, no sé quiénes serán los beneficiarios de toda esta movida, pero de lo que sí estoy seguro es quiénes serán los perjudicados de todas estas iniciativas “solidarias”, empezando por los jubilados de quienes sinceramente aseguro no tener memoria o recuerdo de un gobierno que se haya decidido cagarlos de una manera tan descarada, cínica y alevosa. Ni constitucional ni militar. III De golpe nos venimos a enterar que la fórmula de actualización de los ingresos de los jubilados propuesta por Mauricio Macri -motivo por el cual los compañeros organizaron una verdadera insurrección popular porque “con nuestros abuelos, no”-, ahora ha devenido en tan generosa y solidaria que parece redactada por un benefactor social. Los compañeros nac&pop dirán que no es así, porque el compañero Alberto y la Reina Madre han dejado abierta la posibilidad de que los aumentos los otorgue por decreto el propio presidente. “Ahora sí que le veo la pata a la sota”, diría tío Colacho. Gobernar por decreto. De eso se trata. Qué tanto joder con la deliberación, las garantías y todos esos embelecos liberales y gorilas. A gobernar por decreto se ha dicho. Y al que no le guste que se vaya o que obedezca los deseos eróticos del distinguido intelectual nac&pop, Dady Brieva, quien, dicho sea de paso, logró superar en vulgaridad, promiscuidad y grosería al personaje que interpretó en “El Ciudadano ilustre”, un mérito actoral que muy pocos artistas pueden darse el gusto de experimentar. Conclusión: los posibles e hipotéticos aumentos a los jubilados no provendrían del derecho que otorga la ley, sino de la voluntad del amo. La fantasía populista en su máximo esplendor. Los que en los años cincuenta se iniciaron saqueando cajas de jubilaciones, ahora completan el ciclo sitiando por hambre a los viejos. Según el nuevo relato oficial, los beneficios de los gobernados no nacerían de sus derechos sino de las “gracias reales”, de la buena voluntad o el capricho del Señor. Otro sueño populista está empezando a hacerse realidad: el pueblo devenido en “masa”, masa manipulable manejada sin compasión con el soborno de la chequera y los rigores del látigo. IV También pagarán tributo al gobierno nac&pop los gorilas de la clase media, los oligarcas del campo y todo aquel que trabaje en blanco y que disponga de capacidad de pagar impuestos para solidarizarse, dicen que con los pobres, aunque para ser precisos con el lenguaje, yo diría con sus clientelas electorales a quienes sus “salvadores” lo único que le garantizan a cambio del voto es que nunca dejarán de ser pobres. Y todo este despliegue de ajustes, injusticias y revanchas para pagarle al FMI. ¿No hay que pagarle entonces “a la banca usurera”? Supongo que las deudas se pagan porque corresponde y nos conviene, pero lo que me importa destacar es que los muchachos durante cuatro años se propusieron incendiar el país porque se acordaba con el FMI, para ahora enterarnos que esa licencia está permitida. ¿Vuelven las relaciones carnales? No lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es de que si los muchachos sospechan que con las relaciones carnales pueden beneficiarse y asegurar la impunidad, no vacilarían un instante en irse a la cama con la hetaira del Norte, pero eso sí, cantando la Marchita y combatiendo al capital. V Mientras tanto, el intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi, se da sus gustos, fiel al principio de que a los gustos hay que dárselos en vida, sobre todo los gustos políticos. El compañero Ferraresi no sólo se dio el lujo de honrar a Fidel, al Che y al chavismo con retórica revolucionaria y estética estatuaria, sino que para completarla, algo así como el postre del banquete nacional y popular, decidió que los niños aprendan en las escuelas del compañero Baradel (como diría tía Cata: “¿Por qué no lo designan ministro de Educación de una buena vez y nos dejamos de jorobar?”) que los mortales debemos estar agradecidos de por vida a los compañeros Juan Domingo Perón, Eva Duarte, Néstor Kirchner y Cristina Fernández. Una licencia al respecto: mis lectores seguramente en todos estos años han tenido la oportunidad de saber lo que pienso de Perón y Evita, pero así y todo me animo a decir que en esa suerte de póker de ases que baja el compañero Ferraresi -digno heredero de Alberto Barceló, Juan Ruggiero y Manuel Fresco- los que resultan perjudicados con la comparación histórica son Perón y Evita, no sé si por razones de talento o porque las circunstancias fueron otras, pero lo seguro es que las pasiones que despertaron Perón y Evita tienen poco y nada que ver con las pulsiones neuróticas de la pareja real de la Patagonia, pulsiones que un historiador peronista hubiera calificado como la culminación alucinante de la libido. VI Bien ahí compañero Ferraresi. Adoctrinar niños en las escuelas. He aquí una hazaña nacional y popular. Nada nuevo bajo el sol. Esa hazaña pedagógica la cumplieron en el siglo veinte los fascistas y los comunistas. Nobleza obliga, hay que admitir que el peronismo en nuestros pagos realizó su inestimable aporte. El adoctrinamiento no es neutral o inocente. Se trata de internalizar en la sensibilidad y en la memoria de los niños consignas, imágenes, mitos que perduren. George Orwell en su maravilloso y terrible “1984” desarrolla las secuencias de un régimen totalitario ideal. Allí están todos los atributos del totalitarismo perfecto, empezando por el Gran Hermano, pero lo curioso es que en ese orden fundado en la alienación y el servilismo, los que desempeñan un rol siniestro son los niños devenidos en alcahuetes del poder y verdugos de su padres. ¿Algo parecido pretende Ferraresi? No lo sé, pero de lo que no hace falta dar demasiadas explicaciones es acerca de sus afanes doctrinarios con los niños. Digamos, en homenaje a la verdad, que desde el punto de vista de su identidad peronista a Ferraresi no hay nada que reprocharle. Desde “La razón de mi vida” a las lectura obligatoria de libros al estilo “Alelí”, cuando la palabra “mamá” era reemplazada por la palabra Evita, el peronismo en materia de educación a la infancia nunca disimuló sus objetivos. Pobres chicos. |