I
No presiento una súbita caída al abismo o el ingreso al infierno, como profetizan algunos. Intuyo algo peor: un progresivo empobrecimiento de la vida cotidiana; una persistente y agobiante sensación de humillación; una devaluación progresiva de la inteligencia y la sensibilidad; una resignada convivencia con el hampa; un regodeo en el hábito de contemplar cómo crece la insignificancia de la Argentina en el mundo. “Pienso luego existo”, escribió Descartes. “Pienso, luego exilio”, escribió Atahualpa Yupanqui con la mano izquierda, porque los nudillos de la derecha los tenía destrozados por la policía peronista. ¿Exilio? Un argentino en el mundo no es una desgracia; pero un Argentino exiliado en su propio país, es más que una desgracia, es una tragedia.
II
Tío Colacho al tomar conocimiento de la genial negociación de Axel “Chiquito” Kicillof con nuestros acreedores, tomó un trago de cerveza, apoyó el diario en el sillón y dijo con su habitual tono sentencioso: “A este muchacho lo mandamos a negociar las Islas Malvinas, no las recupera, pero después intenta explicarnos que no tuvo más alternativa que entregar a cambio de nada las provincias de Santa Cruz y Chubut.”. Exagerado el tío, pero no tanto. Un amigo de tío Colacho, aportó a la tertulia diciendo que Álvaro Alsogaray o José Alfredo Martínez de Hoz hubieran sido más exigentes con los acreedores. Palabras más, palabras menos, tengo la impresión de que este chiquito apenas tiene condiciones, con suerte y viento a favor, para dirigir un centro de estudiantes, pero pareciera que no le da el cuero para hacerse cargo de la provincia más poblada del país. Como que le queda grande la cosa, vio. Hasta ahora, por lo menos, no pegó una. Ni en los detalles ni en lo importante Se ríe, cuando no tiene que reírse; se enoja, cuando no debe enojarse; amenaza, cuando tiene que arreglar; arregla, cuando tiene que amenazar. “Chiquito”, ya nos demostró sus habilidades para bajarse los pantalones con el Club de París. Ahora, se superó a sí mismo. Le aconsejaría que se acostumbre al short.
III
La cifra de desaparecidos en el país no supera los 8.000, lo cual es una tragedia que no obliga necesariamente a mentir con la cifra de 30.000. La CIDH, Amnesty, Conadep, APDH, dan cifras por debajo de los ocho mil desaparecidos. Puede haber pequeñas diferencias, pero equiparar ocho mil con treinta mil, no es una diferencia, es una mentira. No se trata de negar la tragedia; sencillamente se trata de ser leal a la verdad que es la manera más honrada de honrar la tragedia. Nada tengo en contra de los mitos. Pero en este caso, lo que se hace con objetivos inconfesables es transformar en mito a una vulgar mentira. Y lo que los señores fanáticos deben saber, es que las mentiras producen consecuencias. Falsear descaradamente las cifras de desaparecidos no hace más trágica a una dictadura responsable de una tragedia; por el contrario, lo que hace es transformar una tragedia en una historieta o una caricatura.
IV
Segundo error de nuestros ayatolas de los derechos humanos: comparar el terrorismo de estado en la Argentina con el Holocausto. Error político, error histórico y manipulación tramposa. La tragedia de los nazis en el marco de la Segunda Guerra Mundial, tiene una dimensión histórica de una monstruosidad tal que es incomparable con lo sucedido en la Argentina. Comparar lo incomparable en historia es un error, pero en el caso que nos ocupa, es un acto de deshonestidad intelectual. Admitiría de todos modos que a la hora de indagar sobre el terrorismo de Estado, sea conveniente incluir las faenas exterminadoras perpetradas durante el gobierno peronista que asoló al país entre 1973 y 1976.
V
Nada personal contra Ricardo Alfonsín, pero lo suyo es una decisión política que objetivamente deviene en un acto de “colaboracionismo” con un gobierno peronista. Un acto que facilita el objetivo del oficialismo de descalificar a una oposición que precisamente se propone ejercer su rol de opositor. ¿Cuesta tanto entender que por razones políticas, históricas y emocionales, un radical siempre debe ser opositor a un gobierno peronista? ¿Que todo pasaje de un radical al peronismo corre el riesgo de transformar al pasajero en un colaboracionista político y en un tránsfuga personal? A Alfonsín no hay que expulsarlo del partido, porque un partido histórico no expulsa, deja que los errores reduzcan a la mínima expresión política a su autor. Alfonsín debería haber sido más cuidadoso con el apellido que porta. Como embajador en España, Ricardito no hará ningún aporte significativo a la política exterior que se diseña en la Casa Rosada; tampoco aportará votos radicales. ¿Y entonces? Y entonces, que Ricardito será apenas una florcita silvestre a lucir de vez en cuando en el ojal del presidente cuando quiera exhibir credenciales democráticas o sensibilidad socialista.
VI
Murió el juez Claudio Bonadio. Desconozco los motivos íntimos que lo llevaron a transformarse en el juez que decidió investigar a la Señora hasta las últimas consecuencias. Lo que sí sé, es que esas motivaciones íntimas coincidían con el ideal de justicia que tiene todo argentino bien nacido. Bonadío, más allá de su biografía privada, siempre encarnará la lucha implacable contra la corrupción K. ¿Que Bonadío no meaba agua bendita? Hablen con su amigo Bergoglio. ¿Juez de la servilleta? Puede ser. Esa “servilleta” creada por el peronismo a través de Carlos Corach, adherente animoso del actual régimen peronista. De todos modos, me enternecen los kirchneristas con sus manifestaciones de alegría por la muerte del juez Bonadío. ¡Son tan previsibles!. “Viva el cáncer”, en 1952, fue un invento publicitario de Alejandro Apold, pero la actual consigna no es un invento, es una creación genuina de los compañeros humanistas y papales. Palabras necias y deseos bastardos, la muerte del juez Bonadío se transforma en un termómetro acerca de la salud moral de los argentinos. Para medir esa temperatura alcanza con prestar atención a las manifestaciones de alegría de unos y las manifestaciones de pesar de otros. Impunidad o justicia. Oyarbide o Bonadío.
VII
Ángela Merkel pregunta qué es el peronismo. La imposibilidad de una respuesta satisfactoria, dice más del peronismo que lo que cualquier observador pudiera pretender. Es más fácil explicar el misterio de la Santísima Trinidad o el origen del Bing Bang que definir al peronismo. No obstante al peronismo se lo podría definir desde varios lugares. Nunca alcanza, pero vamos a intentarlo. Para los peronistas, es la causa de los humildes, la tercera posición, el deseo y la encarnación de la Argentina potencia, el socialismo nacional o el nacional socialismo. Para los que no son peronistas, las calificaciones son algo más complejas. En términos hegelianos, el peronismo podría calificarse como una enfermedad del espíritu; en términos sociológicos, una peste emocional; en términos psicoanalíticos, la culminación alucinante de la libido; en términos borgeanos, una sórdida noticia policial.
VIII
El jueves, Claudia Zamora fue presidente de la Argentina. Por 24 horas, pero lo fue. Todo un símbolo. Una típica exponente de la política bananera criolla, expresó simbólicamente la naturaleza íntima del poder político populista. ¿Nos merecemos semejante humillación? No lo sé. Sí sé que el resucitado concepto de “tierra arrasada”, se ajusta como anillo al dedo con estas provincias feudales humilladas por sus caudillos populistas que suelen ser los principales consejeros del actual gobierno nacional y popular.
IX
Una de las virtudes que se le atribuye al peronismo es que asegura el orden, porque con sus redes controla los conflictos y los desata o los suprime según su voluntad o según sea gobierno u oposición. ¿Virtud? Según se mire. La mafia siciliana en sus buenos tiempos hacía algo parecido, pero a nadie se le ocurrió proponerlo a Lucky Luciano o Toto Riína presidente de Italia. Mientras tanto, Cristina Kirchner y Gerardo Ferreira visitan Santa Cruz. Decididos a reiniciar la obra pública que Lázaro Báez cobró pero no hizo. A veces el realismo exhibe su rostro más brutal y grosero. Nunca como hasta ahora, el refrán acerca de que el criminal regresa al lugar del delito adquirió tanta actualidad.
Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/225189-y-con-una-mueca-de-mujer-vencida-cronica-politica-opinion.html]