CUARENTA
-Prefiero desayunar en la facultad y no en la residencia, Silvana.
-Yo en realidad Norma, prefiero desayunar en el Baviera, pero como ese es un lujo que no puedo darme todos los días, vengo acá.
-¿Tenés clases?
-Tenía, pero faltó el profesor.
-¿Te quedan muchas materia para recibirte?
-Normita…a las mujeres no se les pregunta la edad y a los estudiantes no se les pregunta cuántas materias tienen.
-Perdoname….
-Estás perdonada querida, estas perdonada, además no tengo problemas en decirte a vos que me faltan dos materias, por lo que es muy probable que me reciba a fin de año. Pero contame vos, ¿cómo andan tus cosas?
-Bueno…estoy cursando Introducción al Derecho…
-No te pregunto eso; quiero saber cómo andan tus amores.
-Más o menos.
-Contame el menos.
-Ya te conté que estoy conversando con este chico, con Lucio.
-¿Con Lucio Visconti?
-Si con él…pero no sé.
-No me digás que no sabés si te gusta o no.
-Me gusta, pero no creo que sea lo más importante…
-Normita, perdóname que te dé algo parecido a un consejo y que te lo dé una mina que de lo único que está segura en esta vida es que le gustan los hombres
……….
-Si un tipo te gusta lo más importante está resuelto…lo demás son detalles,
-No sé…Lucio me gusta y me gusta mucho, pero no estoy segura de que a él le pase lo mismo conmigo.
-El otro día lo conocí, conversé con él un rato y te puedo decir que estúpido no es.
-Yo no te dije que fuera estúpido.
-Lo que te quiero decir es que sería un estúpido si no…
-Si no, ¿qué?
-Si no prestara atención a una chica como vos.
-No sé, no sé…la otra vez, a la salida de clase me invitó a tomar un café, pero después se acercó a la mesa un amigo, se pusieron a conversar entre ellos y me dejaron afuera. Me fui harta de oírlos hablar de política.
-¿Te fuiste?
-Sí, me fui…y apenas me saludó con un gesto.
-Mi querida Normita; tenés que aprender a conocer a los hombres, sobre todo a los hombres de esta facultad devotamente convencidos de que siempre es preferible un mal amigo a una buena mujer.
-No entiendo eso, pero lo que te aseguro es que lo que me hizo me dio mucha rabia.
-¿Y no será que en realidad a vos te gusta otro hombre?
-¿Otro hombre?
-Si claro, otro hombre, por lo menos es lo que me contó un pajarito.
-¿No te estarás refiriendo a Kraus?
-Puede ser, por lo menos es el rumor que me llegó.
-¿Quién te lo dijo?
-No te lo voy a decir, pero la que me lo dijo estaba muy segura.
-Conversé dos, tres veces con él.
-Me hablaron de una cena…
-Una cena en el Comedor Universitario donde todos comemos juntos.
-Lo que contó el pajarito es que ustedes estaban más juntos que otros.
-Pero en esta universidad son más chismosos que en mi pueblo.
-Mucho más chismosos, no tengas ninguna duda, pero además deberías saber que si conversás con Kraus te ponés en boca de todos, o por lo menos de todas.
-Dios mío, no era esa mi intención.
-Te creo Normita, pero bueno, contame qué pasa con Kraus.
-Pasar no pasa nada…me parece un muchacho muy culto, muy amable, pero nada más.
-¿Segura que nada más?
-Bueno…
-Pensá que si salís con él te transformás en el acto en la reina del movimiento estudiantil.
-No es lo que más me importa.
-Me imagino…y por eso te lo digo en broma…
-Te puedo admitir que es un tipo muy buen mozo, muy interesante, pero a mí me gusta Lucio, no él…
-Hay mucha diferencia entre uno y otro, pero pienso que no estás equivocada.
-¿Te puedo hacer una pregunta Silvana?
-Por supuesto
-La otra tarde te vi con Montaner; estaban conversando muy entretenidos.
-Somos amigos de hace muchos años.
-¿Se puede ser amiga de un hombre así?
-Un hombre así, ¿cómo?
-Bueno…me dijeron que es un tipo peligroso.
– No es un santo, pero tampoco es el diablo; ya te habrás dado cuenta de que en esta facultad se habla de más.
-Puede ser, pero a mí ese muchacho me da algo de miedo…¿a vos no?
-No, para nada. En este caso, si alguien tiene que tener miedo es él no yo.
-Sos tremenda Silvana.
-No, aprendí a defenderme, nada más. Y me gustaría que vos aprendas a hacer lo mismo.
-Es lo que siempre me dice mi hermana.
-Marta; ¿por dónde anda que hace unos días que no la veo?
-Esta en casa. Llega mañana; ya me escribió y me dio las instrucciones del caso.
-¿Qué tal la convivencia en el mismo cuarto?
-Bien; yo me sé adaptar a ella y cuando me molesta demasiado me voy a otro lado o la dejo hablando sola.
-¿Fue ella la que te habló mal de Montaner?
-No, nunca hablamos de él; ¿por qué me lo preguntás?
-Porque alguna vez fueron algo así como novios.
-¿¡Marta con ese tipo!?
-Si mi querida, tu hermanita con ese tipo, pero como verás, está viva y muy alegre.
-No tanto, además, para serte sincera, admito que una vez Marta me dijo que me cuidara de ese Montaner. Estábamos en la biblioteca estudiando y entró él, creo que a buscar un libro o a hablar con alguien. Pasó al lado de nosotras y la saludó a Marta, pero ella no le contestó. O le contestó con algo parecido a un gruñido. Fue por eso que le pregunté qué pasaba y allí fue que me dijo que era una porquería de tipo y que me cuidara de él.
-Tu hermana es siempre un poquito exagerada, pero creo que no es para tanto.
-No te des vuelta, pero acaba de entrar al bar
¿Quién acaba de entrar al bar?
-Kraus.
-¿Y cual es el problema?
-Que no me gustaría que venga a la mesa.
-No te preocupes, si estoy yo no va a venir.
-¿Están peleados?
-Más o menos.
-¿Lo conocés mucho?
-Lo suficiente como para decirte que gusta de vos.
-Gracias por decírmelo, pero de todos modos no es necesario porque a mi me gusta Lucio.
-¿Tu hermana lo sabe?
-Yo de Lucio no le dije nada, pero se enteró de que a veces conversaba con Kraus.
-¿Y qué te dijo?
-Ya sabés cómo es ella. Me dijo que si me ponía de novia con él iba a ser la mujer más famosa y más envidiada de la universidad.
-Y vos entonces le dijiste que te gustaba Visconti.
-No, para qué se lo iba a decir…¿para pelearnos?
-¿Y por qué se van a pelear?
-A Marta un muchacho como Lucio no le gusta, le parece poca cosa para una chica como yo.
-En cambio Kraus sí le gusta.
-Y si, claro.
-Tanto le gusta que quisiera estar en tu lugar.
-Bueno…no sé…nunca se me ocurrió pensar algo así.
-No está de más que lo pienses. Ya te dije que en esta vida tenés que aprender a defenderte.
-Pero estamos hablando de mi hermana, de mi hermana mayor
-También de tu hermana. Y en particular de la mayor.