LIVIA Y MARTINI

-¿Lo pensaste bien Livia?

-¿Te cabe alguna duda?

-No sé, yo en tu lugar lo reconsideraría.

-Vos nunca podrás estar en mi lugar, Martini.

-Es probable, pero admitime que en esta facultad soy el que más cerca está de vos.

-Puede ser. Y te lo agradezco. Pero a esta mano me la tengo que bancar sola.

-Tenés más de diez materias aprobadas Livia, es un crimen dejar la carrera.

-Yo no te dije que la voy a dejar, lo que te digo es que me voy de esta facultad y me voy de esta ciudad.

-¿No te parece que le estás dando el gusto a tus enemigos?

-Mis enemigos me importan una mierda. No me voy por ellos, me voy porque tengo ganas de irme.

-¿Y Visconti?

-Es lo que más me cuesta dejar; pero así son  las cosas.

-¿Cómo?

-No te entiendo.

-¿Cómo son las cosas?

-Como las estás viendo: difíciles, complicadas.

-Perdoname, pero yo creo que vos las hacés difíciles.

-Vos mejor que nadie sabés que no es así.

-Lo que sé es que dejás una carrera que te gustaba y a un hombre que querés.

-La carrera tal vez la pueda seguir en otra parte…ya te lo dije

-Pero Visconti no está en otra parte.

-Ya lo sé que no está en otra parte; también sé que me separo del hombre que más quise en mi vida.

-¿Y entonces?

-Entonces que lo decidí así. Como decía una vieja amiga: los amores que valen son los que duran poco.

-Es una frase.

-Para mí lamentablemente es algo más que una frase.

-¿Visconti sabe que te vas?

-El único que lo sabe sus vos. Nadie más.

-Es como si te estuvieras escapando.

-Puede ser. No lo había pensado así, pero puede ser,

-Visconti es un buen tipo Livia. Y yo creo que te quiere y mucho.

-Ya lo sé que me quiere y yo también lo quiero.

-¿Y entonces?

-Entonces nada. Es el destino de los amores perros. Es lo mejor que nos puede pasar y, sobre todo, es lo que mejor le puede pasar a él.

-¿Y a vos?

-Yo estoy acostumbrada a perder Martini. Y estoy acostumbrada a las pérdidas.

-Y nosotros nos vamos a seguir viendo. ¿O también me decís adiós a mí?

-Cuando me instale te voy a escribir y vas a tener mi dirección. Más no te puedo prometer.

-¿No me vas a decir dónde te vas?

-Me voy a cualquier parte Martini. A cualquier parte. El lugar es lo que menos importancia tiene. Las mujeres como nosotras siempre tenemos un lugar adonde ir, porque sabemos, lo sabemos muy bien, que en definitiva un lugar no es mejor ni peor que otro. Trabajo no me va a faltar.

-¿Te puedo hacer una última pregunta?

-Por supuesto.

-La que le cortó la cara con una copa a Silvana en el baño de mujeres de la facultad, ¿fuiste vos?

-Si, fui yo.

-¿Lo sabe?

-Lo sospechará pero nada más, porque misteriosamente cuando pasaron las cosas se cortó la luz

-¿No se te fue la mano?

-Para nada; ni se excedió ni se quedó corta…fue la mano que mejor puse en mi vida…esa hija de puta podrá borrar su pasado, pero lo que no va a borrar jamás es la cicatriz que le va a quedar en la cara.

 

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