NEGRO SALCEDO

DOCE

-“El que no se escondió se jodió”.

A la consigna el Negro Salcedo la pronuncia a cada rato y todos la celebran.

-“El que no se escondió se jodió”.

Ya son cuatro las mesas agregadas para participar del festejo. Florencio mismo ha dejado la barra y se ha sumado a la fiesta. Botellas de vino, algunas pocas de soda; vasos de vidrio y algunos de cartón; restos de pizzas y salchichas. Y vino. El vino corriendo generoso porque Salcedo acaba de recibirse y, como dijera Suñer al momento de proponer uno de los tantos brindis: con vos se va un patriarca.

-Inviten para esta noche en el Club Universitario a todo el mundo -repite el Negro.

-Los muchachos de la casa vienen todos -informa un rubio alto con saco gris.

-¿Al Churri le avisaste?

-Está avisado.

-Decile que venga con la novia, cursamos juntos, es una mina maravillosa.

Una chica que está sentado a su lado aprovecha la ocasión y le dice:

-Espero que a la tercera botella de vino no la desconozcas y te la avances.

El Negro pone cara de ofendido:

-Ni en broma acepto esa acusación; las mujeres de los amigos son sagradas.

-Si Negro…claro… lo que pasa es que vos no tenés amigos- responde la chica. Pero ya el Negro no la está escuchando porque habla con Suñer, quien le presenta a Visconti.

-Tiene buena pinta el potrillo -pondera el Negro.

-Este pendejo va a dar que hablar en esta facultad…te lo digo yo que nunca me equivoco.

Salcedo le acerca a Visconti un vaso de vino, pero cuando el muchacho quiere decirle algo Salcedo ya está hablando con la chica que está a su derecha.

-Inviten a todos para esta noche, pero que sean estudiantes; no mezclemos ambientes.

-Es medio elitista lo tuyo.

-No me vengas con boludeces. Es una fiesta de estudiantes y un tipo que no lo sea se va a sentir para la mierda…además…te digo una cosa…en estos temas no me importa ser elitista.

Kraus se acerca a la mesa con la seguridad de saber que todas las mujeres lo miran y, como dijera Emilio Bauer, los hombres también. Se saludan con un abrazo. Los dos conocen a la perfección esos rituales. Lo del abrazo, el apretón de manos, la palmada en el hombro. Salcedo lo hace gratis porque es un sentimental; Kraus por razones inversas. Alguien le acerca una copa de vino y toma un trago, un trago corto, de ocasión. No le gusta el vino, pero no queda bien en el ambiente decir eso; mejor un trago corto y la sonrisa cómplice. Salcedo lo invita a sentarse, pero él le dice con su mejor sonrisa que está esperando a un amigo. Cuando se retira de la mesa Salcedo le recuerda la cita en el Club Universitario. Claro que va a ir. Va a llegar algo tarde como corresponde, pero va a estar presente; no puede no hacerlo, hay buenas y excelentes razones para estar allí. Sos el último caudillo estudiantil que camina por esa casa de estudios, exclama Salcedo siempre afecto a las frases sonoras y lapidarias. Kraus saluda y calla.

-Florencio, decile a los mozos que no dejen faltar el vino -dice Salcedo.

-Quédese tranquilo.

-¿Venís esta noche al Club?

-No creo que sea necesario.

-Florencio, vos sos un amigazo, no podés faltar.

-Mi lugar está acá.

-No me digas que tu mujer no te deja salir.

-Vivo solo; el único que se prohíbe cosas soy yo

-¿Seguro?

-Se lo digo rápido: no se puede vivir solo si uno no aprende a prohibirse lo que debe prohibirse.

-¿Y mi fiesta está prohibida?

-Yo ya lo estoy saludando acá; lo demás sería excesivo y lo excesivo nunca es bueno.

-Una manera un tanto extravagante de pensar.

-No creo que extravagante sea la palabra más adecuada, pero de todos modos no pretendo que mis evaluaciones valgan para todos.

-Sin vos la fiesta no es fiesta.

-Eso no es cierto Salcedo; si algo aprendí en esta vida es estar en el lugar que me corresponde y en el momento que corresponde.

-¿Y mi fiesta no es ese lugar y ese momento?

-Me temo que no.

-Florencio, venga con nosotros -dice una rubia- va ser una noche inolvidable…música, vino, amigos…

Florencio saluda, se pone de pie y se dirige a la barra.

-Negro: más a menos a las diez de la noche arranca la joda.

-Más o menos; un vino más y me voy a casa; una ducha un café caliente, un par de genioles y otra vez a la cancha: “El que no se escondió se jodió”.

Una chica de cabellos rubios y lentes le acomoda un mechón de pelo que le cae sobre la frente; la flaca que está a su lado le comenta a su vecino.

-Esta hace rato que le tiene ganas al Negro y me parece que esta noche se va a dar el gusto.

-Sos mala flaca.

-No, soy atenta. Además, pobre de ella, lo que esta madrugada se lleve a la cama no va a ser un hombre sino una damajuana de vino…te la regalo con el Negro en curda en la cama.

-¿Hablás por experiencia?

La flaca ríe, toma un trago corto de vino y apoya la copa en la mesa.

-En esta facultad se sabe todo, hasta el rendimiento de los minos en la cama.

-“El que no se escondió se jodió” -repite el Negro y se sirve más vino…después canturrea: «Si me parece verte, la pollerita corta, sobre un banco empinado la punta de tus pies, los bucles despeinados y contemplando absorta, los títeres que hablaban, inglés, ruso y francés». El petizo de lentes y tonada tucumana que acaba de llegar lo acompaña como puede, porque a la legua se nota que apenas conoce la letra.

Algunos de la mesa aplauden.

-A que dentro de un rato arranca con «Destellos»

-¿Sabés algo de Mara Ocampo?- pregunta la flaca a otra chica que recién acaba de sumarse a la mesa.

-No, nada…

-Se le recibe el novio de toda la vida.

-El ex novio querrás decir.

-Hace un rato le dedicó su título a ella. Y dentro de un rato va a cantar un tango y se lo va a dedicar.

-El Negro es un sentimental a la violeta…Mara lo largó hace más de un mes…

-¿Te acordás la otra noche cuando la esperó a la salida de clase? Volaba del pedo que tenía.

-Lamentable…

-Él intentó increparla o algo parecido y ella lo abolló a puteadas…vos viste como es Mara.

-Si lo sabré…pobre Negro…

-Pobre Negro, pobre Negro…pobre Mara, digo yo que se tuvo que bancar a este personaje.

-El Negro es buen tipo.

-Para salir de joda será buen tipo, pero como novio te lo regalo.

-Hablás como si fueras su viuda.

-Ni me hace falta…paso.

-Pobre, no la está pasando bien…hace un rato me dijo: «Me recibí, estoy contento, pero hermana: tengo acá adentro una lágrima así de grandota…

-¿Y qué le dijiste?

-Nada. ¿Qué querés que le diga? Vos sabés cómo es el Negro. Hace un rato Cacho Ortega le dijo que aflojara con el vino que la noche recién empezaba.

-¿Y qué le contestó?

-Lo miró como si no lo conociera -son amigos de toda la vida- y después le dijo como para que todos escucharon: “Ese tonito admonitorio y monacal de los que se sienten autorizados por vaya uno a saber que mandato divino, a dar consejos”.

-Es tan retórico…

-Y cuando está en pedo, peor.

-¿Y Cacho qué hizo?

-Nada, ¿que querés que haga o diga? No te dije que se conocen de toda la vida.

-Si sigue tomando así esta noche no hay fiesta.

-Vos no sabés el aguante que tiene. Además, lo vi ponerse en curda, recuperarse y seguir tomando como si nada…acercame la botella que tengo sed.

-¿Y quién organiza la joda en el Club Universitario?, pregunta en medio de la batahola el Petizo tanguero que ahora acaba de tomar asiento.

-Mingo Ferrari como siempre. De todos modos, no te vayas a creer que hay mucho que organizar. Vino, algunas aceitunas y nada más.

-¿Se recibió Ferrari?

-Misterio. Creo que le faltan cuatro o cinco materias y no sé si tendrá ganas de rendirlas. Por ahora vive en el Club y, según dijo, la está pasando bárbaro.

-¿Se separó de la mujer?

-Hace rato. Creo que estuvieron juntos cinco meses, seis a lo sumo…mucha timba y mucha noche…no hay mujer que banque.

-Me imagino.

-“El que no se escondió se jodió” -proclama Salcedo, y otra vez levanta la copa para proponer un brindis. Y  canturrea. Y  esta vez son varios los que se suman al improvisado coro:

«Los invito conmigo a beber, que bebiendo se habrán de olvidar, las destellos de amores perdidos que suelen los ojos de llanto borrar»…

-El homenaje a Mara no podía faltar -exclama la Flaca

-La noche no va a terminar bien para el Negro.

-Ya está la mufa.

-Mufa las pelotas…lo conozco al Negro de toda la vida. Eufórico, simpático, entrador pero todo le sale mal. Todo termina en una pelea, un escándalo, una borrachera con lágrimas…patético…

 

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